Yo me he encontrado con muchos.
En el cantábrico me crucé con una tintorera.
En Canarias me crucé con un marrajo.
En mis viajes por los trópicos he visto prácticamente todas las especies, menos el blanco (menos mal).
Mi peor experiencia fue en la isla de Yap (micronesia) cuando nos topamos de bruces con tres tiburones tigres que se estaban merendando una manta gigante. El acojono fue monumental. El más grande era una hembra preñada de unos 5m que daba miedo verla. Cambiamos de sitio, pero yo ya veia tigres por tos laos. Para más INRI, me dejaron un fusil micronesio de madera hecho a mano, que no tenía culata. Había que disparar con el dedo pulgar. Pero no me contaron que había que agarrar una cuerda que pasaba por el el talón, para evitar el retroceso. Así que en el primer tiro que pegué, salió disparado el fusil hacia atrás y me partió el labio 8-O . Imagínate, yo en un agua infestada de tiburones, sangrando por el labio como un cerdo. El barquero estaba pálido viendo como chorreaba el corte, pero yo seguí pescando. Es que con lo que me había gastado para llegar hasta allí, como para andar con mariconadas
. Aún así no lo pasé nada bien en las esperas, me imaginaba la tigresa hembra aparecer con ganas de un tentepié. El cañon de los fusiles eran de 130cm y la varilla de 4mm que se torcía con la mirada. Llevaba 10 gomas simples que había que cargar una a una. Fue una experiencia muy interesante, pero necesitaría 10 páginas para contarla entera.
Otra experiencia curiosa fue en Cuba, con mi mujer. En Santa Lucía, zona muy conocida por sus tiburones. Nos fuimos un día de turismo a la playa de la Boca (muy sugerente el nombrecito). Cuando nos estábamos metiendo para hacer algo de snorkelling nos viene un local y nos dice si estamos locos, que por esa zona hay mucho tiburón. Habladurías, digo yo, y todo ufano me meto al agua con mi esposa. Llevábamos ya nadando 300m mar adentro cuando mi mujer me dice acojonada: íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“sigue tú que yo me doy la vueltaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ Yo sigo adelante pero reconozoco que algo raro se percibía en el ambiente. Cuando llego al canal de la boca, sobre un fondo de arena blanca immaculada se recortó la silueta inconfundible de un tiburón toro adulto. Parecía un juego de sombras chinescas. Negro sobre blanco. Aleteé tan rápido hacia la costa, que adelanté a mi mujer que había dejada hacía ya veinte minutos. Joder, que susto!!! Luego me enteré que precisamente en esa zona los buceadores hacían feeding con los tiburones. Así que este estaba tan cachondo...pensaba que llegaba la merienda.
Ahora ya no me dan tanto miedo. Pero reconozco que pescar en una zona con tiburones es bastante estresante. Sobre todo cuando empiezas a arponear pescado. Se puede cortar la tensión con cuchillo.
Buena pesca...sin escualos, please.