Hola a todos de nuevo
Siento el retraso, pero esto es como la pesca, no puedes ir siempre que quieres ni dedicarle todo el tiempo que te gustaría.
Retomando el tema de ayer, hay que ver lo impacientes que sois algunos, Teléfono, e-mail, mensajes....
Bueno, la pesca ya sabéis como es de caprichosa, cuando vas a muerte te la machacas y cuando menos te lo esperas vas y la lias buena.
Yo reconozco que no soy un tío afortunado,hago las salidas que puedo y casi siempre vuelvo igual que llegué, o sea vacio.
Realmente pensaba cuando iniciaba la salida de pesca que iba a triunfar,pero cuando ves el banco de doradotas debajo de ti ya no lo dudas, hoy es tu día.
Mi compañero me acaba de pasar un fusil infalible,Mr carbon 104 cm y varilla de 6.5 con doble pasada de hilo. Lo cargo a tope y antes de que lo quiera pensar ya estoy cabeza abajo caminito a la gloria.
Joder no puedo compensar,media vuelta y camino a la superficie para sonarme los mocos, mi compañero ya está armado y sólo veo ya la punta de sus aletas que se pierden bajo la superficie del mar.
Me recupero y vuelvo a intentarlo, ya estoy llegando al fondo y el agua está más sucia que en los lugares anteriores, el fondo tiene unas buenas piedras donde las doradas grandes pueden refugiarse a placer, alrededor se ven banco de pequeños espáridos que delatan que es un buen sitio.
Mientras hago la espera pienso ¿¿entre un doradón y un dentón, a quién le meto???
Veo una dorada pequeña y me espero, no hay prisa, ya aparecerá tu abuela, que la he visto en compañía del IMSERSO doradil, mi apnea gorrionil se está acabando, mis nauseas van en aumento y mi desesperación también.
Así repito la acción unas cuantas veces y no hay rastro de los "indios" ni de los "dentudos"
Paso al plan B
Cojo un fusil más corto y la linterna y empiezo a escudriñar las piedras como si me hubiera transformado en un hurón submarino,entre el movimiento del fondo y las posturas y giros cabeza abajo, la tortilla de patata con tomate ingerida hace pocas horas me dice que quiere servir de pasto a los peces
a las pocas bajadas ya no puedo más, no hay rastro del banco que acacba de ver un rato antes, le doy un grito a mi compañero y me comenta lo mismo,NI RASTRO DE NADA
Nos queda un par de horas escasas de luz, cambiamos de zona pero el agua aquí ya no tiene visibilidad
Así pues, debido al desánimo a mi malestar,la falta de tiempo y el epeoramiento de la visibiidad en la zona regresamos a puerto sin ni siquiera haber pegado un tiro.
La pesca es así y los relatos también. No sólo tenemos que contar las batallas triunfales, hay historietas que sin tener un final feliz también tienen derecho a ser escritas o leídas.No siempre salen las cosas como a nosotros nos gustaría, pero por ello no perdemos la ilusión, en este deporte cuando menos te lo esperas "LA LIAS GORDA".
Saludos y buenas pescas para todos.
Pd. No me abucheéis demasiado