ESTABAN!!!
Pero ni de lejos como el viernes. He cometido un par de fallos. El primero ha sido el ir directamente al punto del viernes. Así que cuando he llegado no tenía la apnea que suelo tener a la media hora. Vamos, yo suelo aguantar 1:30 a partir de la media hora pero las primeras apneas apenas pasan del minuto.
Así que me planto en los mismos 12 metros a las 7:10 de la mañana (media hora de nado hasta allí), en la misma piedra y me entra uno como una bala, y al fondo veo dos mas. Disparo un poco apurado y le doy pero arañazo y barriguero (espero que sobreviva). Sé que le he dado porque han salido burbujas en el impacto. Así que probablemente le he tocado la vejiga natatoria. Espero que aguante.
Y ese ha sido el segundo fallo... a partir de ese momento los he visto, pero de muy lejos, y sólo me han entrado los ejemplares que apenas llegaban al kilo, así que no he disparado. He llegado hasta los 18 y nada de nada. Además no veía las bandadas de 30 o 40 ejemplares (por decir un número
). Como mucho tres o cuatro.
Así que deseperado me largo a continuar, ya que a partir de ese punto es zona inexplorada. Al cabo de hora y media sin suerte, decido volver al punto y hacer otra esperita. A ver si se han calmado con la pausa.
BINGO!, ahí están otra vez. Y entre ellos, un doradote de esos que llenan 5 páginas cuando los suben al foro. Así que decido no hacer ruido, ya que siempre que los he hecho las doradas se largan. La dorada entra hasta la cocina y al disparar, se me monta un lío con el nylon que hace que el tiro salga bajo. Mecagontó. Además culpa mía por no pasar bien el nylon. Me dí cuenta mientras cargaba la segunda goma, y me dije, bah! no pasará nada. Pues ale, una dorada menos y una lección más. Ya eran las 10:00 y la luz comenzaba a entrar en la zona, ya que el Sol salía por el lado del acantilado. Y como vampiros, desaparecen (ya hace bien mi hija en llamarles "peces drácula", por lo de los dientes). Vamos que ni asomo. Dejo descansar la zona otra horita y a las 11:30 me planto de nuevo. Na de na. Hago una esperita a 20 metros (muchisísimo para mí), sólo para ver si estaban y los veo, pero marchándose. Vamos que estaban en una zona a unos 25-30 metros. Y allí, va a ser que no.
Resultado del día: Porraca, pero con una lección aprendida. Pero que vidilla me están dando.
Así que: Siguiente salida: Por la tarde, que le vuelva a dar la sombrita.
Aprendido: - mucho sobre ruiditos y dentones. No sé otros pero yo he llegado a la conclusión de que porrazos con el fusil los espantan. Frotar gomas los espantas. Sonidos guturales, si son fuertes los espantan. Lo que más éxito me dió son grupitos de tres soniditos guturales (con la misma cadencia del "toc, toc, toc, Penny, toc toc toc, Penny, toc toc toc, Penny", pero sin decir Penny) y muy flojitos. Y no parar de hacerlos. Cuando vienen y ves que hacen un quiebro, lo haces otra vez y vuelven a acercarse. Da igual la profundidad a la que bajes, lo importante es tener una zona profunda cerca. Vamos los 12 metros es el borde de un cantil que baja , con algún escalón que otro, hasta los 25 metros. Si estás a la vista, suben. Y mucho ojito con girar la cabeza rápido o provocas estampida total. Disparar y fallar no los espanta del todo. Ahora, herirlos es "San Seacabó".
"Mi primera marca... chispas!!!"P.D.: Aunque pueda parecer lo contrario, no sobrepaso mis límites. La bajada a 20 metros fue en 1:20. Lo digo por si parece que me emociono y que pierdo el norte.