Nos metemos en el agua...está fria y movida, pero tengo bastante ilusión. Lo que no tengo en cuenta es que ya hace un montón que no me meto en agíƒÂ¼ita; me siento raro, no se cómo hay que moverse, me entra agua por el tubo a cada bocanada y encima está movidita. Saco la cabeza y veo que el puta de Skualo ya está llegando a la zona de pesca..¡¡¡Y yo me estoy colocando las aletas!!!. Lo sigo, lo alcanzo y, nada mas llegar al hot point hago una mala maniobra:intentar bajar sin ventilar y con una corriente del copón. Efectivamente, pasa lo que tenía que pasar: me golpeo con todo lo que hay en el fondo, estoy a punto de clavarme mi propio fusil y, cuando me coloco en el lugar el corazón se me sale por la boca. Para colmo, al subir la corriente me arrastra algo lejos, lo justo para tener que remontar y no poder recuperar.Al llegar al sitio seguro de nuevo veo con deleite y sorpresa que la boya se me ha desfondeado y la corriente se la lleva. Me lanzo a por ella y, una vez recuperada, he de volver contracorriente.
Tomás ya ha llegado al sitio, ha analizado las circunstancias y ya ha determinado que hoy va a ser el día de los picudos: lleva uno de buen porte en la boya mientras que yo estoy para arriba y para abajo.
Me vuelvo a situar y voy tratando de reencontrarme, pero no va a poder ser: no ventilo, el mar me zarandea, el 115 de Cressi es enorme y golpea contra todo, la corriente no me deja tranquilo y, en el único sitio donde se puede descansar, hay una turbulencia que te hace imposible estar tranquilo. Tomás ya lleva dos sargos.
Al rato hago una bajada que bien pudiera ser decente (bastante menos de 1 minuto) para mi estado. Me cruzo con Tomás que está apostado, inmovil como una puta roca, y al que solo distingo por el absurdo y homosexual color dorado de sus aletas (¿de quien es la idea de "mimetizar" aletas con los mismos colores que Bibi Andersen se haría un traje de gala?). Me planteo seriamente pegarle un tiro, quitarle el pescado y dar por concluida mi jornada, pero como me quedan unos sgs me aposento yo tambien y miro hacia delante. Un picudo gordito. Aguanto no mas de 5 sgs y decido que no estoy en condiciones de ser selectivo. Le zumbo y pí‚´arriba. Tomás, que ha oido el tiro, me pregunta que qué tal. Será cabrón; ya lleva tres.
Nos volvemos a separar y nos cruzamos de vez en cuando. Yo lo intento pero no estoy a la altura, así que me adapto lo mejor que puedo y consigo hacer los 5 sarguitos, mientras que este Crack ha hecho 4 sargos y una bonita lubina.
Nos queda lo mejor, salir del agua con el mar de fondo que hay. A ver qué pierdo hoy...nada. Logramos salir tras un par de revolcones , limpiamos el pescado y decidimos entregarnos a lo mas impoprtante de la jornada: cervecita y patatas al jamón con un buen colega al que hace tiempo que no veía. ¿Qué mas se puede pedir?
Recuento del día:
-desde las 09:30 hasta las 17:30 en el agua y sin movernos de una parcela ultra pequeña.
-5 sargos picudos.
-Un dedo hinchado y con herida contusa. Sobrecarga muscular en el psoas ilíaco izquierdo, comienzo de deshidratación por haber miccionado mas de 10 veces (con los escarpines de Tomás. je, je, je)sin haber bebido nada.
-Reencuentro con un compañero de pesca y batallitas insustituible...
Creo que no está nada mal.
NVEEA