Pues nunca mejor dicho,
Que bonito es este deporte y más cuando lo compartes con la familia. Ese es mi caso. La verdad la afición ha este deporte me viene por mi padre, quien ha sido realmente un Crack con mayúsculas, no tan sólo por las capturas que ha podido hacer sino por las aventuras y vivencias que ha coleccionado en sus no despreciables ya 67 tacos; y ahí lo tenéis, en plena forma!, casi como yo con mis 39. Por ello le dedicó el post.
Bueno, hicimos el plan el lunes, vimos que el tiempo pintaba bien y planificamos que hoy sería el dia clave para ir a pescar; su parte era más fácil que la mía, preparar los bártulos con 2 días de antelación, y mi parte más complicada, solicitar día de vacaciones y, no menos complicado permiso a mi mujer y a la pitufa de 15 meses. Los que tenéis experiencia sabeis de lo que hablo.
El ring ring del despertador ha sonado, nunca falla y prontito, prontito ya hemos empezado el camino hacia el lugar señalado por el maestro, unas rocas poco profundas pues hoy sabiamos a lo que ibamos, a por sepias.
En el sitio, agua tranquila y cristalina, pufff el dia pinta bien....que alegría!, al menos, parece que habrá visibilidad!.
De entrada, vamos a la orilla y la rutina de siempre, deshilar el cabo de la boya, y como no, los que me conocéis sabéis lo que hago, pegar un mega escupinajo con arcada incluida para limpiar las gafas. Una vez chequeado el procedimiento, al agua. Agua fresquita, la verdad el 7 mm todavía no lo retiró hasta que el agua no esté más caliente por Barcelona. Sólo entrar,....papá ....aquí hay 2, y claro, trabajo en equipo, tu izquierda y yo derecha, plas y plas. Eso, lo hemos repetido hasta 5 veces, en total han sido 10.
Lo mejor repito, disfrutar juntos del agua evitando las nombrosas medusas y pegarnos un almuerzo de camionero.
Un abrazo a todos,
David.
Nota:He querido describiros esta pesca, porque si fuera por pescado, nunca escribiria un post, porque no vemos apenas nada de nada!