Viernes noche, me acuesto temprano sabiendo que hay que madrugar y lo hago pensando en lo que nos espera al día siguiente, preparando mentalmente cada bajada y claro, con tanta sugestión, esa misma noche sueño con dentones y grandes urtas.
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5:40 am, suena el despertador y se acaba mi particular jornada de pesca "nocturna".
Son 6:30 de la mañana y estoy esperando en la puerta de Jose (Pescapum). Salimos rumbo a destino donde hemos quedado con Antonio. Llegamos y nos lo encontramos medio vestido, pero no os creáis que nos saca ventaja..., Jose y yo llevamos el pantalón puesto de casa.
Son las 8:00 y estamos en la orilla listos para meternos, cuando de repente
, un bando de delfines cazando
y justo en el sitio donde tenemos que meternos.
De repente huele a caquita, pero el ansia por meternos nos puede. Jose y Antonio se adelantan, yo me entretengo un poco con el típico enredo de la boya. No me veo ni la mano de lo turbia que está el agua. Le grito a Jose para ver si por dentro mejora algo, pues no me apetece pescar con medio metro de visibilidad y delfines cazando por las inmediaciones. Jose me dice que algo se ve, así es que tiro para adentro.
Primera bajada: Me preparo bien, a pesar de los nervios y estrés del momento. Voy para abajo, me meto por un pasillo y me coloco dónde el instinto me dice que algo puede entrar. Empiezo a ver movimiento de mujo y sargo por mi derecha así es que rectifico posición y a los pocos segundos...., dentonazo por mi izquierda justo por donde en principio intuía que algo podría entrar.
Seis largos segundos:
Viene muy tranquilo, nos miramos y empiezo a enfilar el fusil que se encuentra justo a 90 grados a la derecha, al mismo tiempo él empieza a girarse y emprender su huida pero lo suficientemente tranquila como para darme tiempo a enfilarlo y disparar justo cuando daba el coletazo definitivo.
Disparo de atrás hacia adelante al límite de visibilidad. Me tiro rápido a controlar el hilo de carrete y no le doy apenas. Llego arriba y grito buscando el remate pero Jose está sumergido y Antonio lejos. Así es que recupero con el corazón en la boca y cuando lo tengo en mis manos, la satisfacción me invade.
Son poco más de las 8 y ya he hecho la pesca. En la primera bajada, a 5,8 mts y en una apnea de 54 segundos, dentonazo de 5,5kgrs.
Mientras lo cuelgo de la boya Jose y Antonio completan el día con dos bonitas doradas.
Al rato se metió agua negra de los ponientes que nos obligó a salir. Eran las 10 y ya estábamos en la orilla.
Sesión de fotos y a las 11:00 en bar tapeando.
Bonito día de pesca que vivimos.
Espero que os guste. Ahora fotos y está noche subo el video.