Así empieza esta crónica, con contratiempos, porque una vez todo preparado, equipo puesto, agua a la cintura mirando al mar, me dispongo a ponerme las aletas y es cuando noto como por la axila derecha me entra un chorretón de agua de la fresquita, de esas que el reloj te marca poco más de 13º y la sensación lo corrobora...meca#%0 en to lo que se mena...pero no pensaba retirarme, aunque sí había que modificar los planes porque con esa entrada de agua sabía que no aguantaría lo habitual en estas fechas, ya que cada vez que extendía el brazo recirculaba agua de forma caprichosa por el traje, tocaba economizar bajadas y tiempo.
Voy tocando varios puntos a diferentes profundidades para ver por dónde se mueve algo, llevo unas 5 o 6 bajadas, cada una en un sitio diferente y de momento es un desierto.
Pero llego a un buen punto, preparo la bajada con un pequeño acecho para quedarme en un balcón detrás de la posidonia....ahí están, un grupo de dentones, algunos bonitos, de los que nadan pesadamente, están tranquilos y se acercan bien, pero no entran del todo, algo falla.
Lo intento varias veces, siempre con tiempo suficiente para retroceder sin asustarlos, sigo viéndolos pero siguen sin entrar bien, voy a cambiar de táctica.
Me retiro, busco un punto unos metros más profundo al que accedo haciendo un acecho un poco más largo y me meto en una grieta, no estoy muy cómodo y no tengo mucha movilidad, pero ahora tengo al grupo a la misma altura y uno de ellos inmediatamente pone rumbo a mi posición, se acerca lentamente, lo tengo encarado y cuando está a distancia de tiro disparo de frente, sale como un diablo, sé que el tiro ha sido muy muy malo, de los barrigueros, así que dejo el carrete abierto sin ejercer casi presión, la necesaria para que no salga loco y que saque todo lo que quiera mientras rezo para que se encueve pronto y no se desgarre. Sólo de la arrancada me saca unos 30 metros de hilo
estoy flipando en superficie y entonces todo para......recupero hasta quedar en la vertical, está en lo más hondo de la zona y no tengo ni idea de qué ha pasado, ¿seguirá ahí?¿estará sólo la varilla?.......me recupero y bajo a inspeccionar, estoy llegando abajo y veo el nylon enredado en una roca y la varilla al lado de un agujero, desenredo, me asomo, y ahí está, metido en una grieta, inmóvil y al alcance de mi mano, no lo pienso, lo cojo de la cola, tiro de él, lo saco y lo agarro de las agallas, ya es mío, disfruto de su nobleza mientras asciendo, es más gordo de lo que creía, un animal precioso que de milagro no se ha desgarrado, pero ya cuelga de la boya y me invade la felicidad.
Y como estoy justo al lado de un hot point un poco más hondo que quería visitar, y no sé por qué, pero ahora mismo no noto el frío
voy a visitarlo. Llego y realizo una bajada pegado a la pared para llegar al fondo y posicionarme, justo estoy en un cambio de aguas, a medio metro bajo de mi hay un manto de neblina que casi lo hace impescable.......no se ve nada, y casi al final de la apnea veo a la derecha, lejos, la silueta de una urta, tranquila, pero tiene pinta de curiosa, así que como si la cosa no fuera con ella me retiro a por mi dosis de oxígeno. Preparo la bajada para intentar caer en la misma posición que la anterior, así que repito la maniobra con los mismos puntos de referencia y bajo realizando el mismo recorrido, llego al mismo sitio y no hay señales de la urta, golpeo la culata contra la piedra, espero.....y por el mismo sitio que antes empieza a aparecer la silueta de la urta, se acerca, pero va hacia un lado, gira y se va hacia el otro lado, ya ha saciado su curiosidad y su rumbo la aleja, así que apunto porque va a ser un tiro largo, disparo, le he dado!! y sale como un rayo!!!, hoy tienen todos el turbo puesto
pero esta vez no voy a dejar que haga travesuras contra el fondo, la despego y ya a media agua la voy recuperando poco a poco para disfrutar de sus increíbles colores mientras sube, cuando ya la tengo al alcance de la mano
me pasa como con el dentón, no me la hacía tan grande
es también una pieza preciosa, será cosa del agua que estaba algo tomada y hace que no se calculen bien las medidas, pero ya cuelga otra maravillosa pieza en la boya.
Ahora sí, ya es hora de volver, noto que el chorro de agua que entra pasa factura, y además, la pesca está más que hecha, con frío, pero pletórico salgo del agua y mientras observo los dos trofeos doy gracias de los regalos que da el mar.
Os dejo fotito.