*PRÓLOGO: Hay cosas que antaño hacías de forma más o menos regular, pero que has ido dejando aparcadas por diferentes compromisos: trabajo, niños, turnos, y el irte acomodando me ha hecho ir dejando poquito a poco la pesca "real", hasta el punto de poder contar con los dedos de la mano las veces que salgo a pescar al año... ¡¡¡si acaso salgo alguna!!! Pero todo tiene su punto de inflexión, así que llegó diciembre, llegaron los fríos, se alinearon los astros y me toca cumplir la promesa de "al menos una vez al año voy a salir a pescar".
Mi antaño compañero de pesca suele darme ocasionalmente la tabarra de ir a pescar, y generalmente suelo decirle que no, pero después de acordar día y hora y cambiarlo, el viernes quedamos con la oferta de ir los dos solos en su barca, y patronearme todo el día ya que está malo. Barquero, varias marcas por la bahía y todo el día por delante para pescar. Después de saludos de rigor, ya cambiado, nos vamos al primer sitio:
- HOTSPOT 1: Escollera trilladísima "Para abrir pulmones y pescar pajaritos". Agua clara, a resguardo y 15 metros de visibilidad, condiciones ideales para comerte un mojón en escollera. La idea no era pescar, sino más bien abrir pulmones y "pagar al barquero" con algún señuelo perdido. De ahí lo de pescar pajaritos, es época de calamar y la gente engancha señuelos como los de la foto (para los que aún no os hayáis pasado a la caña). Cogemos un par, esquivando las medusas de interminables tentáculos y al siguiente punto
- HOTSPOT 2: Buscando piedras orilleras. Nos vamos al siguiente punto a revisas una conocidísimas piedras a poca agua, calculamos mal y acabo remolcado por praderas de
Caulerpa sin un solo agujero. Agua clara, así que no hay ni un vivo, aunque veo un bonito torpedo (sesuaaarrrllll
) en uno de los claros de arena. Las piedras conocidísimas tienen dos boyas encima, así que tiramos a la siguiente marca.
- HOTSPOT 3: Revisando marcas "en el abismo". Viendo que el agua está medio clara, aunque entra viento terral que incomoda el posicionarse, procedemos a mirar unas marcas sin revisar a "unos 10 metros". Lo que viene a ser 14, y uno aquí no está muy entrenado últimamente, así que me cuesta estar cómodo a esas cotas. Además, uno de mis tímpanos empieza a ponerse "juguetón" y entra cuando quiere, pese a sonarme y limpiarme bien... mal vamos
- HOTSPOT 4: Otra marca, misma profundidad (creo). Y lo de creo es porque intenté 4 bajadas, y mi tímpano derecho no quiso entrar de ninguna forma. Ni frentzel, ni valsalva, ni Katy Perry en tanga haciendo twerking. La última bajada tuvo que ser una risión para el barquero, porque estuve haciendo el pino 30 segundos con la aletas fuera para ver si entraba. No entró....
- HOTSPOT 5 (PECTLH): Debido a mis lloriqueos, nos vamos a una barra costera, trilladísima (como todo), pero donde se puede dar la campanada. Desde superficie es casi orgásmico: lajas y piedras planas con agua clara, ideal para rascar con un 60 y una linterna, pero claro, ni un vivo. Como sabía que el oído me respetaría un par de bajadas, cojo el neumático, lo cargo casi sin esfuerzo (un saludo a
Bocarape y todo lo que me ha tenido que aguantar ... y lo que le queda
). Hago varias bajadas, mucho salmonete palmero de esos que si coges uno es de risa, pero si coges 20 es un buen rancho, aunque hoy íbamos a otra cosa.
EL LANCE: Viendo que el oído no quiere entrar, y no quiero terminar de jodérmelo, inspiro por úiltima vez y bajo. Desde la rampa lo habíamos hablado, el día tenía ese tufillo a la pieza reina de la bahía, y así fue. Bajo, hago un pequeño acecho hasta encontrar el sitio propicio, sol a la espalda, y relajo durante los pocos segundos de apnea que me esperan. Y ahí, majestuosa e imperial, la veo en el límite de la larga visibilidad, como va entrando lentamente, lenta pero segura; sonrío, voy sacando el fusil y tensando el dedo del gatillo mientras se va acabando mi apnea. Y justo cuando voy ya a subir, considero que ha llegado el momento de disparar un único tiro, el único cartucho del día, la única oportunidad. La flecha vuela hasta el final del hilo, tranquilamente la recojo y subo con una sonrisa a superficie. El barquero me mira, yo le sonrío y le hago un gesto para irnos, no hace falta insistir más. La pieza más esperada y codiciada de la bahía de Alicante es mía, tal y como esperábamos desde el principio, tal y como suele pasar en los reencuentros. Llegando a puerto hacemos un par de fotos de postureo, y una foto a esa pieza que me dará gasolina para lo que queda de invierno.
http://i65.tinypic.com/33dw705.jpgRisas, una tapa y refresco en el bar del puerto contando batallitas y para casa, con una idea rebotándome en la cabeza: Si en el fondo te lo has pasado tan bien, ¿por qué has tardado tanto? . Y con una certeza: volveré más pronto que tarde.