Hola Compañeros
Aquí tenéis otra de mis salidas, esta creo que será de las que voy a tardar en olvidar.
Hace unos días salí al alba, la idea era visitar un huerto lejano que por condiciones y falta de tiempo no había visitado desde el otoño pasado.
Todavía de oscuras navego gas a fondo con el gorro calado y enfundado en el cortavientos llego al primer punto con el sol ya despuntando.
Cojo el Nautilus 106 tras un invierno en reposo por si los dentex
, pero todo queda en ilusiones pues no sé ver ningún pescado al vuelo.
Ya cuando decido volver, en una punta me hago con una bonita grívia que sorprendo cazando, más adelante en una grieta encuentro un sargo y cerca de la barca recolecto un Rascacio gordo que vi a la ida para el arroz. La porra está asustada
Cambio de punto. El agua está bastante clara por lo que vuelvo a coger el Nautilus 106 .
Hago unas esperas sin ver más que sarguitos, y cambio el chip a modo acecho.
Voy desgranando lances sin ver nada.
Entre 2 puntos al pasar sobre un entrante veo una silueta inmóvil en el fondo sobre una mancha de arena… primero creo que es un breaote pero por el morro veo que es un dentón gordo rayado parado completamente
, pasa de los 6 kilos
. Estoy en su vertical exacta y 6 metros nos separan , estoy totalmente al descubierto y no me atrevo a moverme, llevo muy poco plomo pues iba a zonas hondas cercanas.
Me decido y hago un golpe de riñón a pulmón vacío para intentar conseguir la poca velocidad que necesito para no espantarlo pero voy demasiado ligero y floto mucho, quedo medio de lado en su vertical pero con el pescado de través, tiro cuando empieza a despertar fallando miserablemente
. Al menos no lo herí….
Tras algunas blasfemias , miré un par de puntos más sin ver nada.
Ya de vuelta me acerqué a visitar unas grietas de madrépora que siempre me dieron buen feeling
aunque nunca me dieron ningún pescado....
Me deslizo por la pared... las inspecciono sin ver nada y justo cuando arrancaba para subir en el canto de una pequeña grieta por debajo de mi posición entreveo una buena pectoral marrón
, subo poco a poco sin apenas aletear.
Por el tamaño de la aleta es un mero bueno... estimo que de unos 8 kilos. Cargo las dos gomas a potencia media pues si puedo tirarle debe pasar bastante chicha.
Me preparo un buen rato , me saco el tubo y caigo a hoja muerta , ya a la altura del agujero veo un lado de la barbilla en la sombra... hace un quiebro nervioso y se desliza pocos centímetros por la grieta pero se vuelve a girar ligeramente.... es cuando disparo, la parte trasera de la varilla que asoma se vuelve loca de los cabezazos que da el mero... , subo dando carrete y le pongo la boya para mantener tensión.
El tiro creo que es bueno ... Primera bajada no se ve nada, la varilla está como soldada no se mueve ni un ápice pese a no estar enrocada.
En la segunda veo que lo he alcanzado en la mejilla en diagonal cruzando hacia medio cuerpo
pero el pez sigue con todas sus fuerzas. Como estoy seguro que la varilla lo ha atravesado bien pruebo a tirar con el desenrocador, pero sigue sin moverse un milímetro
... la cabeza está atorada pues la frente queda por encima del techo de salida de esa zona de la grieta
.
Decido ir hacia la barca para equiparme para la enrocada, llego algo acelerado .... Subo me saco los plomos y me fuerzo a respirar unos minutos.
Cojo la barca y la anclo enfrente del punto, sin dar un metro de más rezando para que no se me enroque ahí pues hay mucha humedad.
Como medio plátano y bebo agua, saco un kilo de plomo para reducir esfuerzo en las subidas y cojo el Cantábrico 90 y el gancho y al agua.
Voy encadenando las bajadas, primero mirando si puedo mover el pez con sólo la varilla , ya cuando lo descarto bajo varias veces sólo a estudiar cómo doblar el tiro.
Me fuerzo a subir otra vez más a la barca. El mero no se va a mover, sé que hay que seguir relajado y descansado debo alejar a la peligrosa ansia.
Me hidrato y analizo la situación: tengo decidido tirar con un ángulo que me dé tracción para girarlo de lado en vez de dar un tiro potencialmente mortal que no veo claro y si no lo apago me dejará el mero en la misma posición.
Vuelta a la carga, bajo y por fin lo doblo, subo dando carrete y engancho el segundo fusil a la boya.
En la siguiente bajada tirando como previsto lo pongo algo de costado y por fin puedo encarar la cabeza en el buen sentido
. La boya ahora puede trabajar mejor...
A la siguiente le meto el gancho y pruebo de tirar algo... no se mueve
…por lo que lo dejo en el fondo y subo.
En la definitiva, tiro de lado y gano un par de centímetros.. como me preparé muy bien la apnea voy subiendo la intensidad dando un tirón gradual pero del mismo centro de Bilbao
y cede poco a poco hasta que lo saco.
El pescado sube flotando como un corcho a mi lado pese a las 2 varillas lo remato. Y me paro a admirarlo es mucho mayor de lo que pensé.
La alegría es indescriptible
, lo subo a la barca. Para mi alivio veo que el ancla tambien sube sin problemas.
El fallo del dentón o como podría llamarse “El sketch de la cherna aerofágica” (digno de una peli de los Monty Pythons)
queda mágicamente borrado de mi memoria. De hecho pensándolo bien, fue una suerte que fallara porqué si hubiera clavado el dentón no hubiera seguido pescando y no hubiera visto el mero.
No se puede soñar una mejor manera de desinvernar el Nautilus!
Antes de llegar a puerto me paro a hacer unas selfies.
Y como no , para no perder la tradición una selfish
Como es pronto llamo a mi mujer que está de paseo con el niño y los recojo con unos amigos para dar una vuelta en barca y hacer un poco el cabra que a mi niño le encanta, les doy la vuelta y los dejo cerca de donde tenían el coche. Todos contentos
Tras dejarlos encaro la rampa y al llegar me encuentro con Sergi que estaba pescando con su chaval con caña,hablamos un rato y nos despedimos. Un saludo crack!
Este es mi mayor mero hasta la fecha superando por poquito al de hace un par de veranos, este año se ve que va la cosa de récords....
A ver que depara esta primavera....