Buenas, esta vez me pude meter el jueves pasado aprovechando que había puente.
Salgo de trabajar y después de un par de horitas de sueño, me levanto como puedo para pertrecharme he ir hacia mi huerto.
Tenía alguna duda por la visibilidad que podría haber, pero una vez allí, pude comprobar que estaba mejor que en verano. 5/7m de visibilidad según zonas, 15C y lo único, bastante mar de fondo con un metro de olas.
Como siempre, nada más meterme, en 1,5m realizo las primeras zambullidas, ya que hay unas cuantas piedras sueltas que suelen tener vida, pero hoy no.
Sigo el recorrido planeado, decido acechar desde la zona de la playa en dirección a las piedras, todavía en 2 metros y me encuentro con la primera pieza decente.
Una mojarra gordita que está comiendo, así que le apunto a placer, disparo y...apenas ha llegado la varilla hasta donde se encontraba.
Tanta visibilidad me ha jugado una mala pasada y le he disparado todavía cuando me encontraba a unos 6m...
Me aproximo hacia el primer hot point, una piedra enorme, situada en la rompiente, con una cueva pasante por debajo, donde siempre hay cormoranes posados en su superficie.
Si no está el mar plato, no es recomendable meterse directamente por la cueva, no es el caso, así que optó por aprovechar una "ventana" lateral para intentar otear, o si hay algo dentro, meter el fusil y disparar.
Tampoco me resulta nada fácil ya que me viene el chorro del agua justo por esa ventana, y de mientras, las olas me están moviendo como un trapo.
Aborto la operación y decido aproximarme por un lateral de la roca y meter poco a poco la cabeza, hacia el tubo de unos 3m cuyo comienzo es esta piedra.
En cuanto pico y estoy a unos 2 metros del tubo, una mojarra gorda, juraría que la misma a la que había disparado, se separa un poco de la pared en la que estaba escondída, me ve y se pira con bastante tranquilidad.
No he intentado dispararle, debido al fallo de antes y querer aproximarme más, sin embargo, al momento me arrepiento cuando reflexiono y compruebo que estaría a unos 4 metros.
Me alejo del tubo, a una zona con piedras sueltas, para darle tiempo a las presas para que vuelvan allí, ya que es una zona que les suele gustar.
Continuo con los acecho por los flysch que menos sobresalen del lecho, pero que siempre suelen guardar alguna sorpresa como pintos y sargos sueltos.
En una de ellas, pico y aprovecha el oleaje para avanzar e intentar llegar hasta la parte trasera de una roca, sin asustar a sus posibles inquilinos.
Avanzo unos 5 metros sin ver nada, llegó a la parte trasera y salen dos sargos disparados.
Apuntó al que se encontraba a la derecha y lo subo para arriba.
Bueno, el primero del día, no es muy grande, pero bastará para ir llenando el arcón para Navidad.
Me encamino otra vez hacia el primer tubo, y pese al tiempo que ha pasado no veo pez.
Sigo con el siguiente tubo.
Me acerco a la pared izquierda y compruebo que hay sargos comiendo en la parte superior, en la rompiente.
Acecho desde abajo, aprovechando una grieta para subir un poco cubierto, y un sargo decente me pilla en calzoncillos.
Sale disparado hacia donde tenía planeado dirigirme. Pensando en que los que hubiera en la punta, ya están sobre aviso, cambio de planes.
Doy media vuelta y bajo al fondo.
Sigo la pared en dirección a la orilla, siempre mirando hacia la parte de arriba.
En cuanto avanzo unos metros, desde la punta se separan 2 sargos hermosos, despacito y con tranquilidad van paseasdose por el tubo.
Es evidente que no me han visto ni sentido, estoy a la sombra de la pared a unos 5 metros de ellos.
No tengo muy buena visibilidad debido a que están pasando por una zona clarioscura, así que guiándome por su silueta a medio marcar, y bastante deslumbrado, disparo.
El más gordito se ha quedado seco, le he metido justo detrás de los ojos, más creo yo por surte, que por puntería, así que se podría haber librado en cualquier otra ocasión.
Pero en esta no, y ya lo tengo en el pasapeces.
El reloj me dice que no tengo mucho más tiempo. Mi mujer me ha escrito justo antes de meterme que hay reunión en el cole del crío. Si es que uno nunca puede andar tranquilo haciendo lo que le gusta!
Con las prisas me paso otro par de tubos sólo mirando desde superficie, sin ver nada del otro mundo.
Llego a un tubo muy ancho con bolos sueltos en la mitad y siempre con partículas sueltas.
Les gusta mucho a los breados, y el único que he cogido ha sido en este tubo.
Pico y estoy aprovechando las olas para avanzar rápidamente, justamente pensando en el breado que había cogido aquí. En unas 3 olas he recorrido 10 metros y llego a la parte trasera de una piedra suelta, ya cercana a la pared del tubo, cuando sorprendo a un breado.
Se dirige hacia la pared pero al verse acorralado, cambia de dirección y pone rumbo a aguas más abiertas.
Yo de mientras, dudando de si dispararle de culo o no.
Hasta que cambia de dirección y le disparo por el lateral cuando ya se estaba yendo.
Pienso que he fallado, pero veo que no, que le he dado en la tripa y que está bien sujeto y sin mucha fuerza.
Así que con una inmensa alegría lo subo y lo remato.
Es uno kilero, pero teniendo en cuenta de que es el segundo que cojo en toda mi vida, estoy encantado.
Dudo seguir en el tubo o marcharme ya para casa, debido a la hora que es.
Doy por finalizado el día con esta presa.
Me dirijo hacia el punto de entrada/salida, y me surje la duda de si poner en práctica mi última idea o no. La idea es utilizar aletas de bodiboard para entrar y salir del agua, en zona de rocas, cuando el agua no está muy bien. Para así poder llevar todo el material bien sujeto en la boya, e hizarte a las rocas con más facilidad debido a su pequeño tamaño.
Veo la zona muy tranquila de momento y me da pereza cambiar de aletas en el agua, con el tiempo apurando.
Me dirijo hacia la orilla, pensando en que ya me podría venir alguna lubina, que me hiciera el favor para Navidad.
Veo un par de siluetas bastante buenas, están a unos 3 metros y con lo blanquecino de la espuma y la poca luz que hay hoy, no distingo si son lubinas o lisas.
Les apunto, hasta que se pierden de vista.
Si no tubiera prisa por salir seguramente le habría disparado...
Sigue estando tranquilo el mar así que salgo del agua sin problema.
Pero viene una serie de olas y me pillan la poya y el fusil, que había dejado un poco demasiado cerca del agua, y les da un buen bamboleo.
Recogo las cosas y pongo rumbo al coche, lamentandome, de no haber disparado, cada vez veo más claro que esas vocas no eran de lisas, y de que con el golpe se me ha roto la sujeción del fusil al carrete!
Además ya llego tarde.