Ya llevamos más de tres años viviendo en Miami y cada vez nos adaptamos más a las costumbres locales
.
Hay una en particular en la que nunca habíamos participado activamente, que es el famoso "Mini-season" de langosta.
En Florida entendieron muy bien que la pesca deportiva reporta mayores beneficios en todo sentido que la pesca industrial y las autoridades se han enfocado en gerenciar muy bien el recurso para que haya para todos y la gente siga viniendo a hacer turismo y los residentes moviendo la economía que se genera alrededor de la pesca.
Los últimos miércoles y jueves del mes de julio, se abre la pesca deportiva de la langosta, luego de un cierre total de 6 meses. Cada pescador con licencia puede sacar 12 langostas por cada uno de esos dos días. Luego se cierra nuevamente por 3 semanas y después reabre la temporada de pesca tanto comercial, como deportiva.
Las reglas son muy claras; cada pescador debe comprar una licencia (que cuesta 7 dólares adicionales a la de pesca deportiva, que para no residentes cuesta 44$/año), las langostas deben estar vivas (no se puede usar ni fusil, ni bichero, ni nada que las pueda dañar), no pueden tener huevas y el caparazón debe medir un mínimo de 3" (cada pescador en el agua debe tener un "gage" o medidor para soltar las que no den la medida). Hay inspecciones al llegar al puerto y también pueden abordarte en el mar los del FWC, que no juegan...
Hay gente que sale de noche y entra en el agua a las 12:01 am
. Está permitido.
Quedamos a las 6:30 am en la marina y a las 8 ya estábamos en el agua. El mar estaba cristalino y con una corriente muy suave. La temperatura del agua en 29°
, por lo que con lycra se estaba a gusto.
Entramos al agua en unos 5-8 metros y empezamos a nadar en busca de piedras en la primera línea de arrecifes (La costa de Miami tiene tres líneas de arrecifes paralelas a la costa; la primera a unos 5-8 metros de profundidad y la última a más de 20). Las capturas no tardaron. Era impresionante la cantidad que había. En unas dos horas ya teníamos 25 langostas entre tres pescadores. Luego, algunos son salimos del agua y los otros completaron el límite de 36. Para capturarlas, utilizamos un palito de aluminio con un lazo hecho con monofilamento. Si está muy metida en la cueva, se le molesta con el palito hasta que salga y luego se le pasa el lazo por la cola y se jala hacia arriba. Es divertido y es un buen ejercicio, porque terminas nadando muchísimo y haciendo muchas bajadas muy seguidas.
Al final, cuando ya habíamos hecho el límite, nos tiramos en un punto cerca del último arrecife y en mi segunda bajada, veo a media agua un carite lucio (King mackerel) y con la ayuda de Christian, logro llevármelo a casa.
Les comparto algunas fotos y videos.
Aquí el video del carite o sierra: