De nuevo salimos a las 5:30 am, al llegar a ese maravilloso rincón del caribe empezamos a buscar un lanchero que nos hiciera el viaje... Por supuesto, tratamos que no fuera el asesino que la vez pasada casi me atropella en 2 oportunidades.
Por fin conseguimos con un amigo, un lanchero que nos hiciera el viaje pero... este tampoooooco había trabajado nunca con pescadores submarinos...
Esta vez el agua no estaba tan limpia como hace 2 semanas pues ha estado lloviendo por las montañas, lo cual implica agua sucia.
Llegamos al sitio donde suelen estar los sábalos y ya sabíamos que con el agua sucia había más posibilidad de verlos y que si había carnada (sardinas) en la zona, seguro estarían por ahí.
Nos echamos al agua y luego de varias bajadas no los vemos. Al volver de una inmersión, Stefano me dice que se puso un sábalo grande justo detrás de mi y yo pendiente de los huecos... (siempre pasa lo mismo..
) instantes después lo vemos desde arriba y es uno de muy buen tamaño (más o menos 25 kilos con una rémora como de un kilo pegada a un costado
). El animal se acerca lentamente a donde estamos para observar de cerca un pedazo de macabí que habíamos echado para engodar (de nuevo funcionó la táctica del amigo Marco...) Stefano hace el quiebre y le dispara pero lamentablemente la flecha no atravesó por completo la dura coraza de las escamas del animal. Stefano había cargado su fusil sólo con una liga y no fue suficiente para traspasarlo.
otro será.
Al igual que la otra vez, seguimos recorriendo la zona, sabiendo que pocos metros más adelante, de seguro veríamos más.
Otra vez estaban muy ariscos y no se acercaban por largas que fueran las esperas. Suenan 3 o 4 disparos y lo único que obtenemos son escamas en la varilla hasta que de repente saco la cabeza del agua para ubicar a Stefano y veo un buen sábalo brincando enérgicamente... voy a toda velocidad para ver la situación y me doy cuenta de que a pesar de que el tiro es bueno, el animal tiene sus energías intactas y ya había doblado la varilla de Stefano, en seguida me le acerqué y lo rematé dejándolo tieso en el acto, listo para las fotos con uno de 15,2 kilos...
Luego llegamos a un buen sitio donde suelen verse buenos animales pero a profundidades poco accesibles para nuestras humildes condiciones.
Me echo al agua de primero, sin fusil, sólo para verificar que estamos en el sitio correcto. Hago una bajada y me poso a 10 metros en una roca saliente, cuando veo venir desde abajo 2 lindos guasinucos de 4 o 5 kilos más o menos, uno de ellos sigue su camino ignorándome y el otro viene hacia mí de frente y a toda carrera, dándose la vuelta a sólo un metro de distancia de mí
esto también suele ocurrir cuando no tienes el fusil en la mano
Luego de recuperarme de ese disparo de adrenalina, busco mi fusil y le digo a Stefano que cargue el suyo con las 2 ligas porque habían guasinucos en el agua y probablemente estaban los grandes pero tenía problemas con la segunda liga así que sólo contaba con una...
Hacemos varias bajadas y esperas entre 10 y 20 metros, viendo con asombro como paseaban en el fondo guasinucos de hasta 20 kilos y jureles de más de 8 kg pero todos estaban ariscos.
Finalmente, en una de las bajadas de Stefano, aún cuando apenas iría como a 15 metros, salió un guasinuco de atrás de una piedra y se le vino de frente...
pum!! Buen tiro en la cabeza que no lo mató pero lo dejó loco...
aún así le dobló la varilla al arrancar y le sacó varios metros de su carrete yéndose hacia el fondo. Yo bajo hasta unos 15 metros y veo que el tiro está bien colocado pero la flecha no lo traspasó .... se iba a salir en cualquier momento
, así que otra vez Puuumm un tiro de lejos pero que lo aseguró... luego de subirlo a la superficie, la flecha de Stefano se le salió (menos mal ya tenía el otro tiro y de ese no lo salvaría nadie
)... así que empezó la segunda tanda de fotos con el parguito de 10,4 kilos...
Ya casi al final de la jornada me echo al agua en el mismo sitio de los sábalos y vi varios medianos (más o menos 8 kilos) pero no me dieron tiro y solo pude quitarle a uno algunas escamas
. Más adelante posado en el fondo (no habrían ni 10 metros), veo 2 buenos pámpanos que pasan por ahí pero sin acercarse, así que decido lanzarme sobre ellos como un kamikaze y aunque tenía un buen tiro para el más pequeño, decidí arriesgarme e ir por el grande (que estaba mucho más lejos) y a pesar de ser un tiro casi imposible, mi Cyrano no me dejó mal
y casi por la cola lo atravesé cuando la flecha ya no tenía más parada (cuerda de la flecha).
Otro set de fotos con el pámpano de 7,5 kilos...
En resumen una bonita jornada de pesca con guasinuco, sábalo, pámpano, picua, mero cuna, langosta, parguetes... y un guacal de escamas de sábalo para hacer zarcillos...