Eso sería lo lógico, si acaso sólo existiera el hermafroditismo proterogino (el caso del mero). En otras especies de peces se da el proterándrico (la dorada por ejemplo)
Hay que pensar que la selección natural lleva cientos de miles de años, y que no está adaptada a las presiones actuales realizadas por el hombre. Al mero le venía genial eso de un macho grande para cubrir a muchas hembras, por su rol de pez demersal territorial. Pero con la pesca actual, si no existen meros de más de 10 kg que puedan aparearse con las hembras, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿cómo se aparean?
Este tema da para mucho que hablar, pero vamos, que con las presiones de pesca actuales, no es nignuna ventaja evolutiva para el mero ser hermafrodita.
Un saludo