Gorka, podrías comentar algo adicional sobre el encuentro con el Pargo grande.... es lo único que hecho en falta en este estupendo Post. Imagino que sería muy rápido pero cuentanoslo...
El encuentro con la cubera fue fugaz pero muy intenso. Despúes de 36 millas de navegación, que se dice pronto
, llegamos a una punta donde hervía el agua con fuerza. Menudo corrientón. Era una arrecife que salía perpendicular a la costa con algunas rocas que asomaban aquí y allá. El arrecife debería tener como 300 metros. Yo estaba en la parte de Barlovento y por Sotavento a unos 500 metros, habían otras dos pangas con pistoleros (pescasubs).
Me tiro al agua y aquello era un río. Era una corriente brutal.
Le digo a mi panguero que me siga y empiezo a derivar. Estoy muy nervioso porque una corriente así, de repente, después de más de una hora de navegación es un shock. Intento tranquilizarme pensando que he estado pescando en situaciones similares. Pero lo cierto es que iba como un puto jet ski, a toda leche. Hago una picada y a media agua veo unos pargos aguadera muy buenos e intento caer hacia ellos, pero la corriente es tan fuerte que me aleja. Cuando estoy como a unos 5 metros del fondo, me pasa por debajo un trolebús blanco que me dejó marcado para el resto del viaje. De hecho todavía sigo viendo ese cabezón con esos ojos amarillos mirándo con desprecio. Realmente impresionante.
Creo que pude haberle tirado, me pilló de sopetón, no me lo esperaba, pero con semejante corriente no sé lo que hubiera pasado si el bicho llega a enrocarse. Mal rollo.
En fin, ha sido de los peces, si no el que más, me ha impresionado en mi vida. Era una mole con cara de "aquí estoy yo". Realmente fuerte.
Si hubiera contado con un barquero con experiencia o con compañero, me hubiera dedicado a hacer pasadas en la zona. Se veía mucho movimiento. Pero mi panguero no se enteraba de la misa a la media y yo no quería tener que bregar con un bicho en esas condiciones tan extremas.
Creo que Baja es una zona en la que abundan las lechas... No será la época
Sí que abundan. Pero suelen estar en un Bajo al que no fui por cuestiones largas de explicar.
De todas maneras la lechola no es un pez que me motive en especial en este tipo de viajes. Si las llego a ver, como mucho hubiese matado una.
En cambio cuando las veo en Alicante, se me ponen los ojos como platos.
Desde luego en cualquier Post(aunque este muy bien escrito) no se pueden describir algunas de las situaciones por las que tienes que pasar en viajes de este tipo...
Efectivamente. Y lo que has dicho del factor suerte es determinante. Una semana antes o una después, puede marcar la diferencia entre el viaje de tu vida o una puta pesadilla.
Pero está claro que él que se queda delante del ordenador no puede optar a ninguna de las dos.
P.D. Si algún día organizas un viaje-cuberil, me apunto.