Hola o todos,
Como viene siendo más o menos habitual, mucho tiempo a pasada desde la última vez que puse un post. Razones, las de siempre, mucho tiempo fuera del agua. Esperemos que esto cambie de aquí a final de temporada, ahora empieza lo bueno y tengo miedo de no estar a la altura, otros año por estas fechas las sensaciones eran mucho mejores.
Después de tirarme dos semanas de viaje, necesitaba un poco de intoxicación de pesca. Ibiza fue el sitio elegido: un buen amigo, aguas claras, juguetes que probar y dentones gordos. Al final tuvimos de todo, cosas buenas y cosas malas.
Lo malo fue el tiempo que no nos respeto mucho y yo mismo, llegue muy cansado por la paliza del viaje anterior y con una faringitis que no me dejaba ventilarme el primer día y que no me dejaba compensar el segundo.
Lo bueno fueros las capturas, hicimos piezas muy buenas. Nos quedo la sensación haber hecho lo máximo, casi matamos todo lo gordo que vimos.
El primer día hicimos una salida corta y fructífera, disparamos dos peces, yo un dentón y Víctor un pedazo de mero. El dentón se ajusto al guión establecido, Víctor los vio y después de unas indicaciones en la siguiente bajada me lo cepillé. La segunda pieza fue mucho más compleja, con toques de suerte y genialidad. En último sitio que íbamos a pescar, en la primera bajada, Víctor disparó un mero de frente, con la mala suerte que al poco tiempo rompió, era increíble, aparentemente le había tirado a matar, entre ojo y ojo y al final vio como la flecha salía por arriba, se había desgarrado, incompresible.
Cambiamos a una zona cercana, pero él no podía dejar de pensar en el mero, así que decidimos ir a la barca a por la linterna para intentar buscar al mero. Lo mismo veríamos algún rastro de sangre. Después de 4 o 5 bajadas, el sol desaparecía y a mí con ese tamaño de pedregal me parecía imposible de localizar al bicho, así que decidí ir a por la barca. Cuando estaba subiendo a la barca veo que Víctor me pega un grito, lo había encontrado. INCREIBLE. Después todo fue fácil, tiro mortal y pa fuera.
Imagen del primer tiro
El segundo día fuimos 3 a pescar, Víctor, Jose y yo, el agua estaba más turbia y aparentemente con menos vida, al final después de mucho buscar, hice un pez de san pedro (cosa rara por esta aguas) y un dentón precioso en la última bajada del día, cuando ya estaba todo perdido, la suerte apareció otra vez, todo cuadro. Bajé hasta un escalón a 23 metros, desde ahí pude ver en la penumbra unos lomos brillar por debajo de mi posición y enseguida entendí que si no la cagaba todo saldría bien ya que ellos no me podían ver ni sentir y al ritmo que iban no me habían visto bajar, así que bajé un poco más, me escondí e hice un par de ruidos secos y fuertes, a los 5sg uno había salido de debajo y al no verme claro enfilo, para cuando quiso rectificar, ya era tarde..