Algunas cosas reales mas :
Lenguas vivas : | Francisco Ríos
í‚«Embede yebar libros...í‚»
Fecha de publicación:
Sábado 04 de julio de 2009
Hay que reconocer que la afirmación de un examinando de que í‚«Adolfo Hitler escribió Milucha en homenaje a su mujer, que así se llamaba, para celebrar su amorí‚», de la que se daba cuenta hace una semana en estas páginas, es difícilmente superable como muestra de hasta dónde puede llegar el nivel de algunos de nuestros estudiantes. Junto a los errores fruto de la mera ignorancia (carencia de ciencias e información), en la selectividad ha vuelto a ponerse de manifiesto la dificultad de algunos estudiantes para expresarse con coherencia y corrección. Las faltas de ortografía se suman a los problemas con la morfología y la sintaxis, y la deficiente estructuración del discurso. La consecuencia son textos difícilmente comprensibles, que reflejan estados de confusión y agitación mental que reclaman sosiego, reflexión y esfuerzo en el aprendizaje.
Un periódico de Bilbao que ha hablado con algunos correctores de los últimos exámenes ha encontrado una frase cimera, í‚«Embede yebar libros...í‚», obra de un aspirante al ingreso en la Facultad de Derecho de San Sebastián. No habrá ofendido tanto por allá como aquella de í‚«Vitoria-Herzegovina es una de las tres provincias vascasí‚», pero aun así es para poner colorado a quien ha permitido que el muchacho se presentase a las pruebas. Son cosas que ocurren habeces, voz fruto de la morfología creativa de otro aspirante a ocupar plaza en una facultad.
Al parecer, este año se ha empleado mucho el verbo deber con uve y se han intercambiado con liberalidad las grafías de la preposición a y de ha, tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo haber. De los teléfonos móviles ha pasado a los exámenes el empleo de xq en lugar de la conjunción porque. Alguno reclama un lugar de honor en el retablo, í‚«el lugar donde se guardan y duermen los animalesí‚».
Un profesor de una facultad de derecho confiesa que han llegado a plantearse modificar los planes de estudios para incluir una asignatura que enseñe conceptos básicos para redactar un texto. Los estudiantes también son conscientes del problema. De un debate por escrito entre ellos sobre el problema ha sido tomado este texto, del que solo las comillas son nuestras: í‚«a mi mim profe de castellano nos resta los mismos puntos que en la selectividad... para que no praparemos... en fin yo he pasado en un trimeste de 24 a 8.. no esta mal!! ja ja ja hasta me felicito, pero creo que es complicado no hacer faltas ..... de los nervios y eso!!í‚». Así, por encima, se observa que faltan cuatro mayúsculas, dos tildes y cinco comas, hay erratas en varias palabras ( mim por mi, no por nos, praparemos por preparemos, trimest e por trimestre ), se emplean mal los signos de exclamación, y a los puntos suspensivos una vez les falta un punto y otra les sobran dos. Es difícil imaginar cómo escribiría el concienciado muchacho antes de reducir a un tercio sus problemas con la escritura.
Posdata. Horas después de concluido este texto se hicieron públicas las listas de aprobados en la selectividad. Poco más tarde, un redactor de La Voz recibió por correo electrónico un escueto y quizá emocionado mensaje de un sobrino suyo: í‚«Tío, he aprovado í‚». Tiembla, Fonseca.