Un arrastrero de Ribeira pescó un mero de 50 kilos en Camariñas
El í‚«Coralí‚» ya ha capturado otros ejemplares notables que descargó en la Costa da Morte.
Autor:
S. Garrido
Fecha de publicación:
14/4/2010
Un marinero del í‚«Coralí‚» sostiene el mero
De la mar de Camariñas era el mero que, días atrás, capturaron en sus redes los marineros del Coral , un arrastrero de Ribeira que pesca a la pareja con el San Martín , y que con frecuencia atraca en el puerto de la Costa da Morte. Para el común, se trataba de un pez singular, con nada menos que 50 kilos de peso, hasta cinco veces lo que suele verse por los mercados en esta clase de pescado. Asombroso desde cualquier punto de vista, menos para el ojo veterano de los lobos de mar: í‚«Xa os temos collido de ata 70 quilos no Gran Solí‚», explicaba con humildad y relativismo Antonio Parada, uno de los tripulantes, al que le gusta inmortalizar en fotografías las capturas prodigiosas.
Claro que los hay de esos pesos y grandes tamaños, pero suelen ser los que navegan por las aguas de las Azores, señala el armador de la pareja. Tal vez haya sido uno de ellos que, llevado por la corriente o en busca de otros horizontes, tomó rumbo este para acabar en la bodega de un veterano pesquero, y después en la de los marineros. Porque ese destino, el alimenticio, fue el que finalmente tenía reservado el pez, que es de gusto sabroso, disfruta en aguas templadas y en determinadas circunstancias puede llegar a los 3,5 e incluso cuatro metros de largo.
El mero de Camariñas (uno de los lonjeros de la localidad, Roberto Mas, no recuerda uno igual) no ha sido la única captura valiosa del Coral . Por los azares de la vida, muchas de ellas acabaron en los puertos de la Costa da Morte, como aquel tiburón de 400 kilos cuya cabeza fue enviada finalmente a la Sociedade Galega de Historia Natural después de que sus dientes fuesen admirados en el muelle camariñán. Ocurrió hace tres años, los mismos que cuando pillaron otro similar que depositaron en Corme, y alguna vez transportaron un delfín hasta Muxía (las lubinas de nueve kilos que merodean esta zona son pasta de otra historia). Estos y otros bocados se quedan en el recuerdo gracias al boca a boca, pero el trabajo de navegantes como Parada, ayudados ahora por cámaras digitales y puertos USB, permiten una descarga mayor para el disfrute de todos.
Fuente:
http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2010/04/14/0003_8416875.htm