Yo estuve hace 4 veranos en una pequeña isla de las Ciclades (se llama Serifos, y en la mitología es la patria del dios Eolo...
). No hay hoteles (bueno, hay uno que tiene 24 habitaciones), porque no hay aeropuerto, y solo se llega en ferry, y por tanto,está fuera del circuito turístico de masas, y el alojamiento es en casa particulares, sobre todo. Tiene unos 1.500 habitantes, y mide unos 15 x 15 Km. Tiene pocas playas de arena, pero son bonitas. El agua es cristalina, y salimos a pescar casi todos los días, después de dejar a las mozas en las calas (cada dia en una), o bien desde ellas, o con el coche a poca distancia. Caídas en paredes desde la orilla, muchas piedras, y meritos desde los 10-15 metros. Seguro que los hay grandes, pero no vimos (ni bajamos mucho más a buscarlos tampoco
), aunque en la tienda del pueblo donde venden cosas de pesca hay unas fotos de unos merazos y unas pedazo de doradas que quitan el hipo. Al atardecer, en una playita, en un par de metros, cogimos unas lubinitas, que con un par de meritos, hicieron la cena que nos preparó una paisana en su casa-bar encima de la playa, con ensalada de lechuga y tomates de su huerta y queso fetta de sus cabras.... Os juro que una de las mejores veladas de mi vida, en la terracita sobre el mar griego, poniéndose el sol...
¡Yo sí quiero volver!
¡Ah, y esa tarde (llevábamos un 90 cargado en la primera muesca, porque andábamos roqueando a los meros) se nos cruzó un banco de bonitos de unos 20-30 Kg
¡¡Teníasis que ver cómo se desclavó el bicho la flecha del lomo (que -claro- no lo había atravesado), como un miura soltándose una banderilla mal clavada!