¿De qué cantidades estamos hablando? Para que te hagas una idea, en el año 2005 un 36% de los pescados de las lonjas españolas contenían anisakis. Además, en el año 2007 científicos vascos alertaron sobre la elevada presencia de este parásito en las vísceras de especies como la merluza del Cantábrico (100%), el bonito grande (81%) y las sardinas (40,5%).
¿El aumento de anisakis en el pescado implica un incremento de los casos de anisakiosis y alergias?
Cada vez se diagnostican más casos de anisakiosis y alergias por anisakis. Sin ir más lejos, según el servicio de Alergología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, mientras que el porcentaje de sensibilizaciones a anisakis en pacientes atendidos con patología cutánea o sospecha de alergia a alimentos en los años 2009 a 2011 estaba entre el 21 y 29 %, sólo en los tres primeros meses de este año ha llegado al 39 %. Sin embargo, el aumento de casos no sólo obedece al aumento de la presencia de este parásito en el pescado, sino que también se debe a que estas patologías se conocen cada vez mejor, y existen más y mejores métodos de diagnóstico. Y es que, aunque el anisakis fue descrito por primera vez en 1809, los perjuicios que provoca sobre el ser humano se conocen desde hace poco tiempo: la primera anisakiasis se diagnosticó en los Países Bajos en 1955, y los primeros casos de alergia se describieron en España en 1991 y 1995. Otra razón que podría explicar este incremento es el cambio de hábitos de consumo: en algunos países se consume cada vez más pescado crudo debido fundamentalmente a la introducción de platos japoneses (sushi, sashimi, etc.) que pueden suponer un riesgo si se preparan de forma inadecuada.