Aun sin saber el día exacto que saldría a pescar si lo hacía, ni modalidad, ni horario para este fin de semana, tenía clara una idea. Si me acercaba al mar, un capuzón me daba, ya que el domingo 26, la familia de Ramon (Karayo) llevaría sus restos a Portiño donde descansaría como buen amante de sus aguas. Finalmente salí el 26 por la tarde.
Al regresar de esta jornada me venía a mi cabeza su voz, cuando me contaba lo jodido que se encontraba pero que bueno era ir al agua. Mientras vamos estamos vivos. El cansancio, la desmotivación, aflorando de nuevo los retos de la vida que esperan al regresar a la orilla, palada tras palada retumba en mi interior "mientras vamos estamos vivos". A esto tan solo añadiré mientras nos recuerden quienes nos estimen no habremos muerto.