29 de diciembre, sábado.
Llevamos por lo menos 3 semanas intentando hacer la kkd.
Parecía que íbamos a ir bastantes, pero a última hora han caído unos cuantos y no se, si voy a estar yo sólo con Darius, o cuantos vamos a ser.
Al final, nos hemos juntado 4, yo, Darius, Sergio y Paco.
Estamos en Calpe y entramos al agua al amanecer.
Nos hemos dividido para no ir todos al motrollon, así que Darius y yo por la playa, y Sergio y Paco por la orilla.
Hay poco fondo y mucha carnaza, pero a pesar de mis acechos y esperas, no se ve absolutamente nada. Lo único reseñable, una sepia, hace tiempo que no veía una, del tamaño de mi mano.
Me parecerme pequeño y lo dejo pasar de largo.
Pronto nos aburrimos de la playa, y a medida que vamos ganando un poco de fondo, también nos vamos acercando instintivamente a la zona de las rocas, por donde estaban los otros compañeros.
Esta zona me gusta mucho más, cuevas, agujeros y grietas para aburrir, incluso algún pasadizo de película que me deja asombrado, maravilloso, la verdad. Sigo con los acechos y esperas pero no hay ningún rastro, hay carnaza como siempre, pero los que se alimentan de ellas, o los asusto, o es que se han ido de vacaciones...
Cambio de táctica y paso a roquear, es algo que no he hecho demasiadas veces y no se me está dando demasiado bien, es más complicado de lo que creía.
Tiene su aquél, para tapar lo mínimo mientras miras y no asustar al pescado y maniobrar para poder meter el fusil en los huecos...me hará falta mucho entrenamiento.
Hace eones que no cargo la linterna, un complemento que normalmente lo llevo por llevar, y al poco rato empieza a parpadear la luz roja que indica que lleva poca carga.
Pero bueno, lo usaremos hasta que se acabe. Creo que por lo que me costó, 23€, da un rendimiento que ya quisieran otras de un precio mayor.
En fin, al tema.
Voy de agujero en agujero, cuan rata, pero no localizo pescado de tamaño.
Vislumbro una corva al fondo de una serie de agujeros, pero antes de que me de tiempo a meter el fusil, se cuela por un agujero y ya no lo vuelvo a ver, pese a que bajo varias veces y lo intento desde distintas aberturas.
Sigo para adelante, cada vez es más acantilado y hay menos desprendimientos, también aumenta la profundidad.
El mar se pica un poco y empieza a enturbiarse.
Había pensado llegar hasta la punta pero veo que ni son las condiciones, ni seguramente sea la profundidad a la que me sienta cómodo.
En mis ansias de tener más oportunidades he adelantado a todos por la tangente, ahora hago las funciones de coche escoba y voy recogiendo a todos explicándoles las condiciones más adelante y damos la vuelta.
Me vuelvo a adelantar un poco, estoy mirando una grita desde la superficie y cuando vuelvo a mirar para adelante veo una lubina en la mitad de un canal.
Estoy medio escondido por una roca y me hundo un poco para ver si soy capaz de atraerlo.
Con mis ansias por esconderme un poco mejor, rozo la piedra con el fusil, cual elefante en cacharreria.
Centro mis esfuerzos en apartar el fusil de la piedra y ponerlo en una buena posición, y cuando vuelvo a mirar, ya no hay lubina.
Me vuelvo a sumergir y le doy la vuelta por detrás a la piedra, algo que debería de haber hecho desde el principio, y hago otra espera al comienzo del canal.
Nada, parece que se ha esfumado, mira que soy malo y torpe.
Me pongo nervioso y no atino.
Visito también los canales adyacentes pero no hay rastro, así que, a otra cosa mariposa.
Nos juntamos todos un poquito y aprovecho para mirar pasadores, andan mejor que yo, por lo menos se llevan algo.
Ya estamos en cotas menos profundas y mis compañeros se centran en los cefalópodos. Yo cojo uno, tal vez de la medida, pero pequeño para lo que suelo coger y lo alejo de la zona 0, donde parece que están deseosos de comer un poco de pulpo en nochevieja, porque vamos, no dejan títere con cabeza...por lo menos que se salve uno.
Nos acercamos a una zona con más arena y aparecen los salmonetes.
Desde la salida de Torrevieja tengo una espimita clavada.
Doy vueltas y más vueltas pero no veo ninguno que me llame la atención por su tamaño.
Por fin, veo un par que podrían valer.
Me sumerjo con tranquilidad y me poso a cierta distancia de ellos, para acercarme tranquilamente.
Cuando estoy a unos 3 metros de ellos salen asustados, y aparece Darius por allí mirando la grieta de una roca...caguento!
Ya se está haciendo la hora de comer, salimos todos y subimos al podio.
El que se lleva el pato al agua es Sergio, con un mero pequeño, un salmonete bien gordo, un sargo de racion y algún pulpo.
Darius lleva un par de pulpos y un salmonete gordo.
Y Paco lleva un rancho de salmonetes que para cenar estarán de rechupete!
Y yo, pues porraca.
Una foto del cuarteto ya fuera del agua y cambiados.
Darius y Sergio se van a casa y yo me quedo con Paco comiendo un arroz a banda en un restaurante cercano, con las vistas a la bahía espectaculares.
Al final, un lugar precioso y buena compañía.
Y queda pendiente el aprender a ratear mejor!
No me llamaba nada la atención pero creo que es muy entretenido, eso sí, muy cansado mirar todos los agujeros de Calpe.
Se pueden meter 20 pescasub en la misma zona que no terminarán de mirarlos todos en un día...