Hola!
Vaya por delante que en este subforo creo no haber posteado nunca porque lo habitual es que pesque poco y pequeño.
La historia es que hasta hace dos findes he estado liado con el alpinismo, la escalada en hielo, ski/travesía, etc. El sábado día 1 de junio, aprovechando el no tan habitual buen tiempo aquí en el norte, me fui a la playa y allí charlé con un amigo con quien de cuando en cuando voy a pescar. Y me picó.
La idea era ir a ver si pinchábamos algún listado (sierra, serrucho, como lo queráis llamar). El lleva varios cogidos ya Seis meses sin ponerme las aletas y me voy a meter al agua a hacer esperas una detrás de otra a 12m o más... menudo plan...
Me comentó que lo menos que llevan para esas cosas eran dobles gomas de 100 (cuando no es un 115 triple goma)... así que presentarme con un 100 monogoma y varilla de 6,25 iba a ser hacer el ridículo. Ergo, decidí montar esa misma tarde el Bucanero II 96 que le compré de segunda mano a Josevips el año pasado. Varilla de 6,75mm quitada de mi primer madero, doble Brown Pure al 350 el hilo que venía en el carrete y a correr.
Total, que me presento 6,10 de la mañana en el sitio... lo que viene a ser... al alba.
Poco a poco llega el resto de pescasubs (al final seríamos cuatro) y nos metemos al agua sobre las 6:45.
Entrar al agua y cargar el fusil... uy... estas gomas están muy flojas, toca recortar (380?), se cargan excesivamente fácil. En la primera bajada para quitar las burbujas al traje (asfixiao! ) en 5m veo un dentón canijo y un breado al límite de la visibilidad. Después a piñón hasta el punto donde se supone pululan los listados (un cantil con mucha boga).
Encadenamos espera tras espera y ni flores. Cuatro pescadores y ni un tiro. Ni ruiditos ni burbujitas ni gaitas. Allí no sale nada.
Hago una espera en unas piedras un poco menos profundas (8m) y me aparece desde el quinto carajo un pez que resultó ser un sargo picudo. Se mete en distancia, se gira, aprieto el gatillo y sorprendentemente la varilla va donde estaba previsto. Primer tiro con el fusil y parece que va bien. Este es el pez. ¡Josevips va por ti!
No se lo que pesó porque la regalé, pero no las veo de este tamaño todos los días.
Visto que los listados no aparecen, nos desplazamos a menos agua a ver si pinchamos algún sargo gordo más, pero no vimos ninguno. Fallé un tiro rápido a otro sargo que se cruzó y le aticé a la piedra de detrás chafando la punta.
Vuelta a recoger las boyas. Mi compañero hace una bajada donde teníamos las boyas, me pongo justo encima (que siempre se aprende algo) y al parecer le entra algún bicho porque le veo gesticular raro, encarar con el fusil y disparar. Un listado a la saca. Me dice que le entraron media docena, yo bajé un par de veces y no me entró nada.
Decidimos marcharnos y yo tan contento porque llevo un sargo bueno. Como tenía la boya más lejos que los demás (respecto al punto de salida), voy el último del grupo.
De repente miro hacia abajo (10-12m de fondo) y veo una sombra gorda nadando indolente a unos 2m del fondo. No se ni qué es. Cojo aire, le caigo encima, a medida que me voy acercando va cogiendo forma y es gordo.
Con las gomas así, si le meto en el cebollón lo mismo me rebota la varilla y me echo a llorar. Total, que le apunto unos cm más atrás (a la altura de las aletas laterales), aprieto el gatillo y le doy donde quería. ¿Y ahora qué? Como dispararle a un muro oyes.
No pega una arrancada brutal y la varilla parece firme (no se siquiera si lo he pasado entero), así que pensando que está seco o casi, empiezo a tirar para arriba para subirlo a cojones. Pues va a ser que no... me hunde. Aflojo el carrete, suelto hilo y desde la superficie lo mantengo tenso para evitar que se roce contra el fondo. ¡Eso dicen que hay que hacer los que pescan cosas gordas!
Saco la cabeza, grito a los compañeros y viene uno. Llega desfondado del sprint y a la primera picada no llega al pez. A la segunda si y dobla el tiro (pero no es mortal). Ya con la tranquilidad de tenerlo pinchado por dos sitios, lo subimos a huevo, rematamos a cuchillo y deshacemos el embrollo de cabos.
Mi varilla resultó no haber traspasado, estaba metida como 4/5's partes y la aletilla (por suerte levantada y afilada) se abrió dentro y agarró músculo (el de la aleta lateral). No hubo manera de sacarla por donde entró y tuve que que sacarla pasándola entera y soltando nudo rápido entre el monofilamento y el carrete.
Fiesta para llevarlo hasta la furgo (playa de bolos con verdín porque era marea baja), las fotos de rigor, pesar el bicho (21,750kg) y listo.
Se que la magia de mi melena os tiene encandilados, pero tratad de centraros en la sardina esa....
Y esta es la historia. Muchísima potra, algo de ayuda y definitivamente el pez más gordo que he pescado al maletero. Lo que demuestra que hasta los chocopulpos podemos acertar de vez en cuando.
Un saludo!