Bueno, para que no decaiga la cosa escribo la última crónica. No es gran cosa y no hay foto, pero bueno, que sirva para que no se aburra el personal...
Sábado 5: La 3a salida de la semana, otra vez previsiones de olas de 2m y período de 13s, así que toca volver a resguardo.
Consigo levantarme temprano y para las 8 estoy echando la boya al agua.
Estoy solo y me hago la escollera, sin ver nada, salvo una lubina de ración que seguirá creciendo, hasta que sea lo suficientemente grande para que le eche.
(Nunca he visto nada en la escollera, no sé ni para qué lo hago...)
Paso a la zona de rocas donde por lo menos hay unos pocos sargos, eso, gracias a dios, no suele faltar aquí en el norte.
Paso la primera piedra que estaba vacía, no muy buena señal. Sigo por los canales a 5 a 7 metros pero no hay nada, hasta que llego a una piedra quebrada.
Me acerco poco a poco, asomo el fusil y un sargo sale a la huida. La sigo, pensando en disparar o no, hasta que lo pierdo de vista en la blancura a los 5 metros de viabilidad que hay.
Miro hacia la grita y veo otro par de sargos que ya se están yendo, sin que pueda hacer nada.
Sigo más para adelante y en otra oquedad sale otro sargo al que no me da tiempo de disparar...no ando muy rápido que digamos.
Me acerco un poco a la rompiente y pese a que hay bastante mar, se puede pescar e intentar acercarse más al pescado.
Así lo hago aprovechando una pared que se divide y entra más hacia la orilla.
Consigo situarme a un metro escaso de dos sargos, de esos que ya tienen la piel oscura. Intento mover el fusil para apuntar luchando contra la vaciante cuando el quitavueltas del monofilamento hace ruido contra el cuerpo del fusil. Los sargos huyen despavoridos justo cuando llegaba a encañolarlos y me quedo sin premio.
Paso a la siguiente curva donde no veo nada y además está empezando a haber mucha corriente. Cambio se zona hasta el hot point, una cueva donde siempre suele haber algo.
Preparo la linterna en superfine y pico.
Me pilla la corriente y estoy luchando contra ella, cuando, un par de metros antes de la entrada, sale un breado de unos 2kg escopetado, y se pierde en la blancura.
Después del shock sigo bajando hasta la cueva, que está vacío.
Me cagoen...
Sigo en la zona. Veo un sargo comiendo enzima de una piedra. Le disparo sin pensármelo, a unos 4 metros y se queda en el hilo. Bien, por lo menos ha caído uno, y no anda mal de tamaño.
Lo remato, mientras la corriente me lleva de aquí para allá, y decido ya dar la vuelta hacia la escollera para poder salir.
En el camino, me hago de un disparo con un par de lisas de punto. No puede ser que en el mediterráneo estén tan buscados y aquí ni se les dispare, y si no me gustan que se lo coman mis perros.
No hay foto, que no lo merece, comparado con lo que suben aquí unos señores que se llevan tantos
y
.