Pues ahí va una con la que puede que me caiga algún pueril emoticono, eso sí, tener en cuenta que donde las dan, las toman
Nadaba yo con mis aletas rumbo a los 100 metros de la orilla pensando si eso de que "la historia se repite" iba a ser sufrido y disfrutado por mis carnes... cuándo llegando a esa zona que empieza a resultarme familiar, veo cómo unos sargos gordos salen precavidamente de las grietas, cómo lábridos enanos recelan entre la posidonia y las castañuelas andan más cerca del fondo que de la superficie. No hay más que hacerlo, la segunda espera de la jornada, me dije... bajo suave, como el papel de scotex, y medio escondido entre el alguero veo cómo los que antes eran precavidos sargos ahora son curiosos, me digo que, no creo... pero hay que "llamarlos" no a los sargos, ya sabréis a quienes. Mientras veo como viene el cabezón hacia mí me digo, no me lo puedo creer! tanta incredulidad que por poco fallo un disparo que debía haber sido fulminante. El tiro no es muy malo pero nada bueno, así que dejo, manteniendo la tensión que se enrroque. Un segundo disparo y aún necesité la daga de misericordia.
Cuatro kilos y cuatrocientos gramos ha pesado el octavo denton de este año, no sé cuantos más, ni me importa
lo que me preocupa es acostumbrarme a estas emociones y que dejen de repertirse, por qué jamás dejaré de insistir! Un saludo compañeros!