Tengo 4 días festivos por delante
. Después del desagradable tiempo de Semana Santa, espero con ansiedad este fin de semana largo y pongo todas mis esperanzas en que haga buen tiempo
.
Cojo el avión en Alemania. Allí hace 30íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.-, espero que Catalunya esté también calentita.
He quedado con mi mujer que, solo llegar al aeropuerto, la recojo en casa y nos vamos corriendo al apartamento. Bocadillo por el camino.
Llego al aeropuerto y... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡oh, Dios! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡qué mal pinta ésto!. 18 grados. Recojo a mi mujer y me lo confirma: "pinta un fin de semana largo malo, malo".
Efectivamente, llegamos al apartamento y hace viento huracanado, el cielo está cubierto y amenaza lluvia.
3 días mirando al cielo y pidiendo un milagro.
Aprovecho esos 3 días para dejar a punto el material.
Empiezo por el nuevo
Cyrano. Tengo preparados el kit mamba, el carrete y las abrazaderas.
Miro el fusil y me digo "qué pena estropear su imagen con cinta americana color naranja para poner el carrete".
Saco de mi bolsa mágica unos adhesivos de camuflaje de Omer que compré en su día
y me dedico a recubrir el tubo principal, dejando tal y como vienen el cono del cabezal y la empuñadura.
Me gusta el resultado y pienso que protegerá el fusil de golpes y permitirá agarrar las abrazaderas metálicas sin que sufra el tubo.
Monto la flecha y, decido, por ahora, no montar el kit mamba ni montar carrete, porque, me doy cuenta que si monto el carrete, pierdo la posibilidad de anclar la flecha en el tubo.
Una buena idea que se va al traste en cuanto pones carrete.
Sigo con la
plancha Omer Shardana. Cojo el plomo Seatec scorpio, me hago con unos mosquetones y preparo la cuerda y el plegador.
Verifico lo que me ha dicho Joan de subprof y, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Efectivamente,
PREDATORRRR, que somos garrulos!. El asta de la bandera encaja perfectamente en el agujero de la plancha y no se mueve nada, nada. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Qué no hace falta tu brico!. El tema es que el forro tiene un agujero más pequeño que el asta pero, presionando fuerte, se rompe el agujero y todo encaja perfectamente.
Continuo con el
Omer Cayman HF 95. Desmonto el cabezal y me dedico a montar los
plomos extra que traía el "kit" de regalo. Cojo
goma Cressi G20 y me dedico a hacer varias gomas circulares en varias medidas.
Me he planteado empezar con una goma de 60 al corte (56 útiles) e iré utilizando gomas 1 cm más cortas, a medida que me vaya acostumbrando a la goma. De mayor quiero ser como Marco o Umberto, así que me he propuesto un plan de "esta goma la estiro yo, mecagontoloquenosuena".
Cojo el pecherín que tengo por casa, pruebo a montar... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡ajá, por lo menos llego a la 1íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚ª muesca bien!.
El 4íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.- día se produce el milagro
. Amanece soleado, no demasiado cálido (16íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.-) pero, hay poco viento y el mar parece en calma.
Como me temo que el agua estará muy turbia, por el temporal anterior, me dirijo a probar otra zona (nueva) que he detectado en los días de parón.
Me siento como un niño con zapatos nuevos. Tengo equipo para probar: el Cayman HF 95 tuneado, el mares Cyrano 970, la plancha Omer Shardana, y la práctica
funda Picasso para las aletas de carbón.
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Guau! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Esto de la funda de las aletas es todo un descubrimiento!
, me permite cargar más material con más comodidad.
Parezco un Corsario de pueblo
, con el burro lleno de potes y cacharros pero, ahí voy, a la orilla.
Desde arriba, oteo, en búsqueda de grupos de rocas, reunidas en silencio y ajenas a mi mirada.
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡No distingo nada! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Ay ay ay! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Me temo que el agua está turbia de cojones!.
Antes de salir, me he mirado las tablas solunares. Me dicen que hoy es un día "bueno" pero... aunque estoy en el día adecuado, no es la hora adecuada.
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Con dos huevos! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Que le den! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Probaré el material de todas formas! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Al agua, ya!.
La Shardana empieza a mostrar su practicidad desde el primer momento. He colocado sobre ella los dos fusiles (cyrano y cayman) y en la bolsa he dejado el cargador del cyrano y otros elementos.
Ya en el agua, apoyo temporalmente las aletas en la plancha y me calzo las aletas. Muy cómodo.
Tiro de la plancha, que me sigue sumisa, como un perrito. Da muchos menos tirones que la boya atoll.
Me alejo unos 300 metros (el suelo ha superado los 2 metros en este punto
) y me preparo para cargar mi flamante cyrano.
Reviso el video de Shane en la mente. Repaso los consejos de los Dark Masters. Apoyo la culata en el pie, cojo el cargador, sujeto la mitad de la varilla, empujo...Primera fase bien pero... el golpe de gracia no lo doy
. Antes de que mis esfínteres se dilaten, decido que ya le quitaré el aire y seguiré los consejos de Marco.
Cojo el Cayman HF 95. Le he montado gomas más cortas (lo probé con gomas de 65 al corte y ahora monto 60 al corte). Me temo lo peor. Estiro. Primera muesca, ok.
Segunda muesca... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡coño, no llego!
. Segundo intento, con coraje, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡plac!, encajado. Hasta el último poro de mi ser rebosa alegría.
Bueno, bueno, bueno. Estoy loco por probar si los plomos estabilizan más el cabezal y si las gomas G20 son tan buenas como parece.
Ahora que he conseguido cargar el fusil, miro hacia la punta... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿la punta?
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿dónde está la punta?
. Ya empezamos, visibilidad: agua turbia, rango 2 m.
Voy nadando por superficie, parándome de vez en cuando y dejándome caer al fondo.
Me rodea un tul blanco, una gasa apenas translúcida que me aisla en un mundo de ignorancia
. No hay derecha, no hay izquierda. El fondo es invisible. No se puede planificar ningún movimiento desde la superficie.
Me arrastro como una vívora entre las rocas, que aparecen cuando les apetece, repentínamente, sin avisar.
Podría estar rodeado de peces, tiburones, submarinos atómicos y no lo sabría. Más allá de los dos metros, hoy ni siquiera distingo la típica función del teatro de sombras chinas de este mar.
Llevo ya 3 cuartos de hora con las gomas cargadas y sin ningún pez a la vista
. En una bajada, me agazapo detrás de un grupo de rocas, enfrente de un gran peñón que se levanta desde el fondo, como el "Pan de Azucar" brasileño. De repente, la vista se llena de pequeños peces, sargos en su mayoría, que revolotean juguetones abajo y frente a mí. Mientras miro el grupo de sarguitos, empieza el espectáculo de sombras chinas.
Tras los pequeños, a la derecha, aparecen las siluetas de unos 5 sargos de entre medio kilo y kilo. El corazón se me acelera pero, prefiero esperar. No quiero sargos.
Por la izquierda me entra un banco de unas 10 lisas de entre medio kilo y kilo y medio. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Dios!íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Cómo se está poniendo ésto!. Aguanto. No quiero lisas.
íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Quiero que se me aparezca el genio y transforme las lisas en lubinas y los sargos en doradas, ya!
.
Por el frente, distingo la sombra de un espárido que debe estar por encima de los 2 kilos y, creo que otro de un tamaño parecido le sigue. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Ahora sí!.
Fijo toda mi atención en el espárido... pero... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿qué será? íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿dorada? íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿dentón?
, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡como consiga ponerlo en la mira, me va a dar igual lo que sea!.
Embotellamiento de tráfico marino
. Abajo, los pequeños sargos. Entrando en tromba por la derecha, sargos mediokileros, por la izquierda lisas kileras y, de frente, un par de espáridos bikileros.
El choque es inminente. De pronto, se juntan todos en el cruce mortal y, algo asusta repentínamente al espárido que da un fuerte golpe de cola y se oculta entre las bambalinas del teatro chino.
El resto, con el coletazo, explotan en todas direcciones, dejando el cruce mortal vacío y a mí, también.
Me lamento. A faltado muy poco, muy poco. Suelto la boya y marco la piedra.
Tras un cuarto de hora de hacer esperas, me coloco en una especie de crater. Me siento como un soldado agazapado en el cráter de un obús, intentándo librarme de las siguientes bombas.
Un banco de herreras de unos 300g me pasa por arriba y delante del fusil. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿serán el grupo de reconocimiento del enemigo?.
Miro a derechas y distingo los obuses que me está disparando el mar... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡coño, esos hacen unos 2 kilos!... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿pero qué son? íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿lisas, lubinas?
Miro a izquierdas y distingo otros 3 obuses, camuflados en negro sombra que han pasado rozándo mi crater.
De repente, de frente y ligeramente a la derecha, el enemigo me ha detectado. Un obús se está dirigiendo directo a mi posición.
Me agazapo más en el cráter y preparo la artillería antiaérea. Desde el otro mundo, aparece el rostro fantasmagórico de una lubina-obús. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡A este obús lo paro yo! íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Vamos que sí!.
Apunto... disparo... y el escenario queda vacío. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Le he dado?
Tiro del hilo y la siento... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡hey, esto hace más de un kilo!
... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿será bueno el disparo?
. La lubina se retuerce al final del hilo como un auténtico demonio. Sigo sin verla y me estoy temiendo que se esté desgarrando.
Ya empiezo a verla
, está atornillándose al agua. Consigo cogerla entre las piernas y la sujeto por las agallas.
El disparo ha sido bueno, ha entrado por el opérculo de la agalla y ha salido un poco por debajo del ojo por el otro lado. La lubina ha quedado en el hilo.
Miro el reloj... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡qué rabía, me quedan 10 minutos para salir!. Hago un par de bajadas más, buscando otros obuses perdidos y decido salir, cumpliendo la hora pactada con mi mujer.
La lubina estará muy cerca del kilo y medio. NO HAY FOTO, lo siento señores, no llevo cámara habitualmente (a ver si me compro un móvil con cámara de una vez).
Mi mujer se encarga de los honores en la orilla. Descama y limpia el pescado, mientras voy recogiendo el equipo.
Comentarios sobre el material probado en la salida.
La sensación que he tenido al salir del agua es que, por fin, tras varios años de búsqueda,
estoy realmente contento con el material.
El fusil Omer Cayman HF es un bicho raro
. Cuesta acostumbrarse al principio. Yo tengo la costumbre de bajar con el fusil retrasado, pegado al cuerpo y, con las gomas mirando al fondo (por si se escapa el obús o se dispara accidentalmente). La empuñadura ergonómica, me complica un poco esa costumbre, sobre todo en el momento de echar hacia adelante el fusil y rotar la empuñadura (al no ser cilíndrica...).
Otra cosa realmente extraña del fusil es que presenta flotabilidad positiva SIEMPRE. Con la varilla de 6,5, el carrete match y las gomas cargadas el fusil queda con la empuñadura hacia el fondo y el cabezal flotando cerca de la superficie. No se hunde ni por asomo. Vamos, que no se le puede llamar Titanic.
Eso me ha hecho sospechar que la maniobra de apuntar sería un auténtico calvario, con un cabezal que bascula sin control debida su alta flotabilidad. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡Pues no!
. Los plomos adicionales, han fijado el cabezal perfectamente. El fusil se agarra con naturalidad y seguridad, gracias a la empuñadura ergonómica y, el cabezal no ha basculado en ningún momento, haciendo muy fácil la puntería.
Al final del recorrido me he sentido realmente cómodo con el fusil y me ha gustado mucho su disparo.
Además, permite más juego que mi XXV Gold 90. Puedo montar doble goma, o bien, aumentar el estiramiento de la goma que llevo, montándola en el agujero más a la cabeza (199cm de recorrido, contra 195cm).
Desde ahora, el fusil y la configuración actual se han convertido en mi equipo oficial, en el lado luminoso.
Las gomas Cressi G20 han aguantado una hora estiradas y, en el momento del disparo, han entregado su fuerza sin pereza. El disparo ha sido contundente pero suave. A ver si me explico. La energía no se ha liberado de forma explosiva sino paulatinamente, pero sin pereza.
La flecha Seatec inox top ha volado rápida y segura y ha alcanzado el blanco con precisión y potencia.
La plancha Shardana es muy aparatosa fuera del agua, e incluso pesada pero, dentro del agua, es un auténtico placer. Cuesta menos de mover que la boya atoll y se mantiene en todo momento más estable.
Da menos tirones y el banderín es más alto y fácilmente visible. No me he perdido en ningún momento.
Su bolso tiene buena capacidad y permite llevar muchas cosas (aparte de servir como bolsa para la plegadora, el plomo y el banderín desmontable).
íƒÆ’í†â€™íƒâ€¦¡nico aspecto negativo: el banderín se ha despegado del asta en la primera salida. Por suerte, no se cae del asta pero... íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡A ver si cuidamos un poco mejor los acabados, Omer!.
En cuanto a mi iniciación en el lado oscuro, tendrá que esperar.
Siguiendo los consejos de Marco, acabo de vaciar el fusil de aire y le he dado 250 bombazos. He probado en casa y parece cómodo de cargar, aunque, en el agua, me sigue pareciendo más fácil de llevar y cargar un fusil de gomas que uno de aire. No me parece muy natural la postura de carga. No trabajan los músculos equilibradamente en ambos lados del cuerpo.
Llevar el fusil descargado, es más cómodo con gomas, ya que la varilla va insertada, el hilo bien sujeto, etc., todo preparado para estirar las gomas.
En el caso del fusil de aire, aún con la sujección de varilla que tiene el cyrano, el hilo queda colgando (no llevo carrete) y hay que estar atento al cargador.