Hola a todos!!
La memorable campana de la serie íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“saved by the bellíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ empieza a enseñar la cabecica por el horizonte, anunciando la llegada de una de las tres épocas trágicas de todo estudiante, en este caso, Junio y la consiguiente lista de exámenes...
Diciendo adios a una primavera bastante pobre en capturas, caracterizada sobre todo por la ausencia de lilas en nuestro pasador, decidimos (Fran y Yo) darnos el gustazo de pasar un día entero en La Mar. Posiblemente el último de la primavera, hasta el 29 de Junio, en mi caso....
Quedamos a las 07:30 en el Puerto. Puntuales llegamos los dos, cada uno proveniente de su origen (Albacete y Murcia capi ). Obviamente, para un día tan ansiado y que iba a suponer la despedida salina, no podía faltar mi leal Pegaso, a cuyo lomo hemos navegado ya muchas millas...
Preparamos el barco, los amarres y zarpamos rumbo a un Mediterráneo aletargado tras un vendaval de levante ya desaparecido.
El agua no parece muy limpia, pero vamos tranquilos y sobre seguro...sabemos que estará pescable de sobra y eso nos vale.
Nuestra intención es hacer la primera picada en unas piedras que conocemos a 14 metros, sabemos que los lilas estarán en la fiesta, sin embargo, otros ranas se nos han adelantado y están ya entrando a toda rubia que se menea....mucha competencia...
Así que decidimos tocar a la puerta del vecino, hemos oído también musiquilla y seguro que hay ambiente. Cambiamos de zona rápidamente y nos apresuramos a anclar el barco, estamos solos ante la inmensidad de un Mar azul, un día precioso, soleado y sin apenas brisa... íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“que suerte tenemos leche! íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“
Estoy listo antes que Fran (algo nada difícil) así que me tiro al agua para ir revisando el ancla ( Un Menorquín abate mucho y no sería la primera vez que nos hemos dado un susto al ver el barco a la deriva...que horror!). La veo fiable , el Mar hierve, castañuelas por todos lados, bogas y chuclás se dan cita en un frenesí salvaje, están muy excitadas y eso me pone a cien. Ventilo y hago la primera picada en íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“15, siguiendo el cantil de un bajo que emerge hasta íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“8, muy despacio, intuyendo que los sargos buenos (como otras veces antes) estarán comiendo en la pared. Efectivamente, así es, aunque no exactamente donde los esperaba, están en la falda del bajo, a íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“20, y mi primera bajada no está bien preparada, con lo que subo a respirar. Volvería a intentarlo varias veces, esta vez en el fondo, pero los sargos, que rondan el kilo, están escamados y no solo no entran a la espera, sino que huyen asustados perdiéndose en el azul...
Voy a por Fran, que está trasteando con el pasador de su boya y acordamos aletear hacia una zona íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“HSíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ ( Hot Spot), donde hemos visto buenos lilas a menudo y algún que otro pelágico de calité... entonces nos separamos y empezamos a alternar bajadas, las primeras en íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“8 para ir abriendo pulmones. En una de éstas, le toca a Fran, que está ventilando, yo lo espero algo retrasado, estoy muy inquieto, la jauría de pececillos, como si fuera una guerra de lentejuelas plateadas, se revoluciona ante mí..se me ocurre mirar a mi espalda, en superficie, y veo como dos espetones me rondan a media agua; me dejo voltear por la corriente ( la cual tenía en contra) y hago un suave golpe de riñón para caer cerca de uno de ellos, parece que me aguanta, sigue aguantando la picada, con todo el brazo armado extendido, y finalmente disparo...el tiro es bueno, le perfora el lomo y lo recupero...A Fran le sorprende el lance, aún estaba arriba...
Ante esta situación, con los espetones en la zona (una pesca entretenida) decimos de separarnos. Yo opto por nadar lento a contracorriente, remontando con ésta el lateral del bajo, escoltado bajo mi silueta por una cortina de bogas y castañuelas. Mi situación es estratégica, considero que estoy en la zona de paso de todo cazador ambulante...y casualidad o no...la mañana querría darme la razón.
Como flechas lanzadas en parábola, con suavidad, en un largo recorrido, usurpando el espacio entre la carnada iban apareciendo, solitarios, en profundidades que oscilan entre los íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“10 y los íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“13...podías verlos desde superficie, y entonces era cuando comenzaba la cacería. Iban sucediéndose los golpes de riñón, sigilosos y las interminables caídas, viendo la pieza potencial, inquieta y desconfiada. Algunos arrancaban en el último instante dejando sin opciones a disparo, pero otros caían en brazos de la parsimonia o la dejadez y eran fulminados por mi amigo Wooddy, que estaba intratable..(todo sea dicho).
Las caídas se alternaban con esperas. Desde superficie observo un corner rocoso que rompe la alfombra de posidónea, las bogas andan locas se que éste será mi próximo destino...ventilo y allí voy.. planeo hasta posarme al borde de la roca, entre las algas y un inmenso banco de grandes salpas comienza a danzar, que bonito...espero y empiezo a íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“llamaríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ a la acción....íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Âtiene que entrar algo, fijoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“pienso-
Pasa el minuto y a lo lejos veo la silueta alargada de un bonito espetón, sabe que estoy ahí, pero no lo encuentro interesado, está muy lejos, fuera del alcance de cualquier fusil y me la juego: Levanto en vertical el madero, como si apuntara a superficie, y empiezo a moverlo enérgicamente, con movimiento rotatorio, entonces el espetón, aún a lo lejos, me da la cara y me viene, tranquilo pero directo, me pasa en perpendicular a escasos tres metros y disparo....íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Âque lance más bonitoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â.
Llevo 4 espetones en el pasador, son ya las 12:35 y le digo a Fran de cambiar de zona, pese a que el pescado sigue ahí, apareciendo de entre las sombras, de repente.
Realmente hemos salido a pasar un día estupendo navegando, y por supuesto pescando, pero también disfrutando del barco...
Vamos a la zona que pretendíamos tocar en primer lugar y misma operación: anclamos, revisamos y a pescar. El agua sigue íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“calentitaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ y el pescaito está muy asustado. Fran empieza a tontear con unos lilas que al parecer no le convencieron demasiado y dejó pasar. En una de las bajadas mías dos espetones me entran desde muy lejos, van cerrando el círculo y se aproximan poco a poco, van ya traspasando mi perpendicular y estarán como a 4 metros de mí, pero si no le tiro no habrá segunda oportunidad, asi que apunto a conciencia y disparo...diana! Fran vio el lance desde arriba (aunque el agua estaba aquí más turbia, supongo que vería el reflejo del pescado luchando) y en un segundo estaba a mi vera, en el fondo, por si hacía falta doblarlo. El espetón era pequeño, pero solo le traspasó una aletilla, aún así, no había problema y se unió al resto.
Notamos que en la zona no se mueve nada interesante y decidimos nuevamente cambiar de zona. Fran se dirige al barco y yo voy a recoger la boya antes de hacer lo mismo. Cuando la estoy recogiendo, ya que estoy muy animado, vuelvo a ventilar bien y me sumerjo, caigo en 14 metros, es la última picada en la zona, no espero nada, pero tenía que probar fortuna (ese sentimiento que nos cruza la cabeza a todos los pescasub de vez en cuando) íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿pero por qué? íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“- íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“pues porque sí, leches, tira píƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚´abajo íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“.
40 íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“ de apnea y un espetón, desde la lejanía me enfila, viene directo, éste sí, que preciosidad, lentamente, pero firme. Me hace el círculo exterior y se me cierra rápido, dándome la cara, inmóvil a escasos 2 metros de la varilla, totalmente quieto, flotando, mirándome va dándome poco a poco su costado, entonces lo enfilo, le doy las gracias, y disparo. El animal queda fulminado, su espina está rota y me alegra que tan bonito animal apenas hay sufrido tras el disparo. Aleteo hacia la superficie con el espetón ya en mis manos y emerjo justo en la boya, lo coloco en el pasapeces, recojo la pana y al barco con una pieza improvisada.
A estas alturas, la Fiesta del Jueves me pasa factura, mi cabeza es un bombo y en el siguiente waypoint sería Fran quien se lo currara, yo lo esperaría en el barco, duchadito y cansado.
Veo que Fran se acerca al costado de la nave y me pide el 100 de gomas, ha visto un mero y esta dudando si disparar o no, no sabe si es grande. La cueva es profunda y oscura, pero le ha visto la panza y dice que puede estar bien...le doy la linterna y el fusil que me pide y lo observo desde lejos trabajarlo como un tequel saca de su guarida a la liebre más astuta. Entonces distingo, rompiendo la superficie, una forma anaranjada..íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Âya está, lo ha pinchao, si es que no fallaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â.
Cuando Fran dio por terminado el día me dice que no era un mero, sino un abade, por lo que no se lo pensó, el tamaño ya es aceptable para un abadejo..
Y así fue acabando el día, recogimos bártulos y afrontamos un gran leveche, que estalló a eso de las 14:00 hrs. Sobre las 18:40 llegamos a puerto y nos pusimos a limpiar el pescado. Valdeamos el barco, dejándolo como una perlica y para casa, a desempolvar los libros y dar el mejor pecho en los exámenes.
Se que me torrao escribiendo para unas piezas muy normalitas...pero hasta que vuelva a escribir otro pasará el tiempo y... me apetecía daros un poco el follón, pa que negarlo.
Un abrazo!