Depués de 15 de viaje, por fin este fin de semana podía volver a pescar. La cosa no empezó bien, el viernes después de currar cargué el coche y al llegar se había metido levante, lo que me impidió salir.
El sábado salí con Dani, mucha vida no se veía pero por lo menos el agua estaba entre19 y 20 grados lo que te daba una sensación de confort difícil de explicar, parecía que te dormías abajo. Enseguida nos dimos cuenta que no había mucha termoclina y nos fuimos tan profundo como pudimos a constante. Al rato Dani estuvo a punto de cepillarse un mero de unos 8 kg, al final le dio esquinazo y lo dejamos para luego, un par de bajadas mas y lo veo picar lejos de la pared, al subir lo veo con cara de gusto soltando carrete, me acerco a toda leche para bajar a rematar y cuando me dispongo a bajar me para, íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“todo bajo controlíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, había dejado al mero gordo blanco, menudo tiro le dio con la avispa de los íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“cojonesíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â. La historia de la captura que la cuente el.
Luego nos fuimos a por el otro mero, el gordo, Dani baja, lo ve de nuevo y le pega esquinazo (me voy a la barca a por un fusil de maricas y la cuasilinterna); al llegar me explica, pero no se como lo hago que voy a una piedra de la arena donde no hay rastro de mero, pero si dos cabrachos que nos llevamos. Al final el mero no nos da cobertura.
Básicamente esa es la historia del sábado, ya que luego después de tanto sin pescar, las piernas nos abandonaron, no sin antes cargarme un dentonico demoniaco y mero majo, con algo mas de 4 kg que me lo puso demasiado fácil
El domingo fui con Paco a quemar unos cartuchos, en un bajo entre 23 y 27 nos cargamos unas piezas guapas, yo la lecha y dorada y paco el palometon. Un lujo.