Pues después del maretón de los últimos días, el lunes no contaba con encontrarme el agua tan limpia y fria (12.-C), por lo que tampoco me esperaba que anduviesen por territorio comanche. Sin embargo, después de un par de horas deambulando y probando por todo el coto, en una espera me entraron unos 3 o 4 robalos de talla respetable a los que no fuí capaz de disparar, parecían bastante nerviosos, de todos modos era buena señal.
Poco después se repite la historia, e inmediatamente después de llamarlos me entraron dos a matar y el primero de ellos quedó hecho un pincho moruno
. La cosa se animaba, asi que me quedé por la zona y seguí con las esperas que, como no, terminaron por tentar a uno de los gordos que se vino conmigo para casa
.
Ya de retirada me entró otro grandote que me sorprendió despistado viendo hacia otro lado, pero... ya caerá otro dia, la pesca estaba hecha
.
Saludos.