Parece increíble, aunque no para la familia del viveirense que pescó con sus manos un calamar gigante. Marinero jubilado, paseante asiduo de la playa de Covas, vio al cefalópodo cerca la orilla, se desvistió, se lanzó al mar, lo agarró por detrás de la cabeza, soportó los chorros de tinta que liberaba para defenderse, lo sacó del agua y se lo llevó a casa.
A sus 63 años de edad, José Yáñez Martínez no parece darle demasiada importancia a una captura tan inusual como espectacular. No solo por el tamaño del calamar, 1,25 metros de longitud y unos seis kilos de peso, sino por el elemental pero efectivo método de pesca. Pero no la olvidará, ni tampoco la concienzuda ducha para limpiarse la tinta, o las caras de sorpresa de quienes le vieron con el cefalópodo en los brazos.
En la familia de José hay antecedentes, como recordaba su sobrino José Luis Yáñez Yáñez. íƒâ€°l mismo, en su etapa de marinero, cogió con un gancho una pota de unos dos metros de longitud que rondaba el pesquero en el que faenaba en alta mar. Antes que él, su padre José Yáñez Fernández, que ahora tiene 72 años, también había pescado con sus manos un calamar de doce kilos en la vecina playa de San Román, en O Vicedo. Ahora lamentan no encontrar la fotografía que lo atestigua.
Ayer aún no habían decidido qué hacer con el calamar. í‚«Vale para comer porque estaba vivo; ao mellor conxelámolo e facemos un guiso, que ben chegará para a familia e os veciñosí‚», explicaba riendo José Luis. í‚«Se o queren para estudar, tamén o doamosí‚», se brindaba.
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