El atún rojo, el bacalao del Norte y otras muchas especies desaparecerán en el año 2048
El documental 'The end of the line' culpa a las tecnologías y la falta de sensibilidad política
16.09.09 - AGENCIAS| GIJÓN
Activistas de Greenpeace, en una actuación contra la sobrepesca de atún, en el barco con base en el País Vasco 'Albatun tres'. / A. P.
Las causas: el incremento de la demanda, las nuevas tecnologías que aplican los pesqueros, el incumplimiento de las cuotas y la normativa, y la falta de sensibilidad política.
Las soluciones: incremento de las reservas marinas, el cumplimiento de la normativa y la concienciación ciudadana.De continuar la actividad del sector pesquero mundial al ritmo actual, los científicos predicen que el final de buena parte de las especies marinas se producirá en torno al año 2048. Así lo revela el documental 'The end of the line', que se exhibió recientemente en Palma de Mallorca. 'El final de la línea' relata cómo el incremento de la demanda del bacalao del Norte llevó a esquilmar la mayor población mundial de esta especie en Alaska, explica cómo las nuevas tecnologías de las flotas de altura no dejan escapatoria a los bancos de peces o de qué manera la acuicultura como solución es un mito, ya que es necesario pescar para alimentar a las crías de estas granjas.
La directora de Educación de Palma Aquarium, Deborah Morrison, aseguró que la situación í‚«bastante críticaí‚» de las pesquerías que denuncia el documental í‚«no es algo recienteí‚», pero sí es un problema í‚«desconocido para el gran públicoí‚».
Este trabajo aborda la inminente extinción del atún provocada por la demanda creciente de sushi o el impacto sobre la vida marina de la superpoblación de medusas y reflexiona sobre las profundas implicaciones de un futuro sin pescado que podría generar hambrunas.
Aunque el equipo de producción ha recorrido desde el estrecho de Gibraltar a las cosas de Senegal y Alaska o el mayor mercado de pescado del mundo en Tokyo, Morrison recuerda también que una de las especies que está en mayor peligro es el atún rojo, que tiene í‚«uno de sus lugares más importantes de desove y cría en el sur de Balearesí‚».
La película reparte la responsabilidad entre los consumidores, que compran especies en peligro sin saberlo; los políticos, que ignoran las advertencias de los científicos, y los pescadores, que incumplen las cuotas y la normativa, así como a la industria pesquera mundial por la lentitud en su reacción, í‚«que está acelerando el desastreí‚».
Morrison es partidaria de la í‚«aplicación inminenteí‚» de medidas como un incremento de las reservas marinas y el cumplimiento estricto de la normativa y las cuotas pesqueras existentes, pero reclama también mayor concienciación ciudadana. í‚«Es importante que todos tengamos conciencia de la problemática y hagamos un esfuerzo, por pequeño que sea, de ajustar el consumo de forma que se reduzca la demanda y no se ejerza una pesca tan bestial como la actualí‚», indica. El documental subraya la importancia de conocer el origen del pescado que se adquiere, para que cada ciudadano pueda estar seguro de que lo que consume procede de una pesca sostenible y no es una especie en extinción.
í‚«El problema es que no sabemos qué compramos y de dónde viene, sobre todo cuando pedimos pescado en un restaurante y la información es la llave del éxito para evitar consumir atún rojo y, por ejemplo, tener en cuenta que hay alternativas como la albacora o el bonito del Norteí‚», subraya Morrison. El documental deja lugar a la esperanza y señala que es un problema í‚«relativamente fácil de solucionarí‚», aunque Morrison advierte de que í‚«recuperar las especies marinas cuesta mucho tiempo
