Marineros coruñeses cercan la lancha de la Xunta por decomisarles las artes
Más de cien tripulantes de treinta barcos de bajura se concentraron junto al buque atracado en el Muro
Treinta barcos de bajura con base en el puerto de A Coruña acosaron ayer durante cinco horas -de seis a once de la mañana-, en el muelle de la Palloza, a la patrullera de inspección pesquera de la Xunta Paio Gómez Chariño . Los tripulantes, más de cien marineros, protestaron tanto en tierra como a bordo de sus pesqueros por el decomiso de aparejos, nasas de pulpo y redes de enmalle, que había realizado la lancha de la Consellería do Mar en los caladeros de la ría coruñesa, supuestamente en zonas restringidas a la pesca.
El momento más crítico se vivió sobre las diez de la mañana. A esa hora, al ver que los ánimos entre los marineros se caldeaban demasiado, un tripulante de la Paio Gómez Chariño salió a cubierta y soltó los cabos de las cornamusas y los dejó caer al mar. La máquina de la patrullera dio atrás con fuerza. Los marineros saltaron de inmediato a sus barcos para intentar arriar cabos e impedir la huida de la lancha de inspección, pero la velocidad de la Paio Gómez Chariño convirtió en inútiles los intentos de los marineros. Los gritos e insultos hacia la tripulación de la patrullera no se hicieron esperar.
Acto seguido, los afectados se dirigieron a la delegación de la Consellería do Mar para exponer su problema. Les comunicaron que sobre las cinco de la tarde, la Paio Gómez Chariño navegaría desde Ferrol hasta Oza para devolverles los aparejos confiscados. Efectivamente, la patrullera llegó sobre las cuatro de la tarde, donde la esperaban ya varios armadores. Pero, para sorpresa del sector, Manuel Iglesias, presidente de la asociación Armadores Coruñeses de Pesca de Bajura (Arcopeba), recibió una llamada telefónica anunciando que la entrega de las artes de pesca decomisadas se posponía í‚«hasta completar el expediente abiertoí‚», algo que Iglesias calificó í‚«de verdadera tomadura de peloí‚».
Aparejos incautados
Por su parte, la Consellería do Mar informó de que el guardacostas Paio Gómez Chariño había decomisado 83 nasas de un pesquero en la entrada de la ría de A Coruña; 93 de otro en Ares; 104 de un tercero en la misma zona; y 100 nasas sin identificar. Aseguraron que todas estaban caladas í‚«en zonas prohibidas y restringidas a la pescaí‚». Sobre la devolución de los aparejos señaló que en un principio se había decidido la entrega í‚«confiando na versión dos afectadosí‚». Sin embargo, se cambió de opinión í‚«ao ler as actas que levantaron os gardacostas, onde se recollía que os aparellos estaban ilegalmente calados, e que esa irregularidade foi recoñecida polo sectorí‚». Por esta razón, í‚«hai que seguir o procedemento legal para este tipo de actuaciónsí‚».
Manuel Iglesias, y sus compañeros ya habían admitido que í‚«había algunhas nasas que podería estar 20 ou 30 metros dentro das augas prohibidasí‚». Pero aseguró í‚«que todo o aparello estaba debidamente identificado e balizadoí‚». Por eso cree que ningún armador í‚«largou as nasas de forma furtiva, xa que se fose así non se identificaríaí‚». Y en todo caso, Mar í‚«debería multar, pero non levar os aparellosí‚».
El colectivo no descarta í‚«entregar os roles na Capitanía Marítima e amarrar os barcosí‚» en protesta por el decomiso.
Para evitar enfrentamientos
El encontronazo con los inspectores arrancó a las seis de la mañana, cuando algunos barcos llegaron al caladero y se encontraron sin artes. La incidencia fue comunicada por radio y recibida por los pesqueros que estaban todavía en puerto. Las tripulaciones comprobaron entonces que la Paio Gómez Chariño estaba atracada en el muelle de la Palloza y que en cubierta estaban los aparejos de sus compañeros.
Fue entonces cuando los pesqueros que se encontraban en el mar pusieron proa al puerto coruñés, y lo mismo hicieron los que estaban atracados en Oza y en la Marina. Todos amarraron a popa de la lancha de la Xunta. Su tripulación se encontraba a bordo, pero no atendió las llamadas de los marineros í‚«por razóns de seguridadeí‚», para evitar enfrentamientos ante lo caldeado del ambiente, según explicaron fuentes próximas a la Consellería do Mar. Ante el aumento de la tensión y los gritos y los insultos, la patrullera decidió abandonar el puerto de A Coruña.
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La bajura coruñesa se rebela contra los métodos de inspección de la Xunta
Los inspectores se incautaron de unas nasas que tenían identificado al armador . La flota denuncia que en la recogida destrozaron el aparejo y que la compra de otro supone gastar "unos 3.000 euros"
Flota pesquera amarrada ayer en el puerto de Oza. / juan varela
MANUEL BARRAL A CORUíƒâ€˜A La flota de bajura coruñesa se rebeló ayer contra los métodos de inspección del Servizo de Gardacostas de Galicia -dependiente de la Xunta- después de que el buque Paio Gómez Chariño se incautase de unas nasas de pulpo que estaban fuera de los límites permitidos y en el proceso de recogida separase las nasas del cabo que las une y rompiese los encarnaderos -parte en la que se colocan los cebos- y las propias nasas para devolver al mar los ejemplares capturados.
El conflicto, que estuvo a punto de provocar que los armadores decidiesen asaltar la embarcación de Gardacostas para recuperar los aparejos, se produjo porque los inspectores levantaron "unas nasas que estaban correctamente identificadas, con la matrícula del buque al que pertenecían, señalizadas con boyas y sin interrumpir la navegación". Por ello, la flota coruñesa no entiende que los servicios de inspección de la Xunta "recogiesen los aparejos y los destrozasen cuando, al tener identificado al armador, podían enviarle la multa a casa y no perjudicarlo aún más rompiéndole las nasas, que tienen un coste bastante elevado, de unos 3.000 euros".
El armador propietario de las nasas comunicó por radio a sus compañeros lo que había ocurrido y una veintena de pesqueros se reunieron en el puerto de A Coruña para decidir qué medidas adoptaban. "Muchos querían entrar en el barco de la Xunta y recuperar las nasas. Robárselas, como hicieron ellos. íƒâ€°ramos una veintena de embarcaciones con cuatro marineros cada una y de puertos como Ares, Lorbé y A Coruña. Al final no lo hicimos, pero se podía haber montado un buen follón", explicó el presidente de la Agrupación de Armadores de Bajura de la Cofradía de Pescadores de A Coruña, Víctor Rodríguez.
"Las formas de inspección no son las más correctas. Cuando el aparejo está calado y balizado no puede ser levantado así. Sin embargo, la situación está encauzada y desde la Consellería do Mar nos han dicho que el caso no se va a repetir", sentenció el patrón mayor de la cofradía coruñesa, Manuel Cao.
El representante de los pescadores de A Coruña también reclamó a la Xunta que cuando se trate de casos que afecten a socios del pósito que preside se ponga en contacto con él para mediar y no provocar daños a los armadores.
Un socio de la cofradía, Felipe Canosa, señaló además que las boyas que se colocan en los extremos del cabo que une las nasas, y que sirven para identificar al buque al que pertenecen, se pueden soltar y que eso ha provocado que los inspectores se incautasen de algunos aparejos a pesar de que habían sido identificados. "Ven que no tiene boya en el extremo que se encuentran y cogen el cabo, empiezan a recoger las nasas y cuando llegan al final se encuentran con una boya identificando a su propietario y ven que se han equivocado. Ha habido fallos de este tipo" aseveró Canosa.