Yo tengo una anécdota con pulpos. Nada de peligro, sólo divertido. El caso es que con 18 añitos salí a pescar con mi primo. Pescamos juntos, pero separados. Es decir, en la misma zona pero cada uno a su bola. El caso es que veo un salmonete, disparo, fallo y ... aparece el abuelo de todos los pulpos haciendo el flan sobre una roca, a un metro de mí. Alargo la mano y lo agarro. Consigo meterle un dedo en la bolsa y digo... YA ES MIO!!!. Subo, poco fondo, unos 8 metros creo. Pero en la subida el pulpo estira sus patas a lo largo de mi brazo y .. oh sorpresa, ME LLEGA HASTA LA CARA!. En un plis me ha sacado la máscara de sitio y no veo una mierda. Yo por aquellas epocas no llevaba neopreno, así que el brazo empieza a dolerme mogollón (nada preocupante) con los tatus que me estaba haciendo el pulpito.
Empiezo a pegar gritos a mi primo, no veo un carajo, solo noto patas de pulpo por mi brazo, el pecho, la espalda y la cara. Oigo a mi primo, un poco lejos pero lo oigo. No sé que me dice, pero en ese momento estoy seguro de que se está partiendo el culo de ver como me está haciendo una llave de judo por pata un pulpo.
Al final consigo tirar la mascara hacia abajo y ver ... y que veo? a mi primo con un follón de puta madre con otro pulpo. Más o menos lo mismo, lo que a él se le había soltado y lo tenía por el hombro. Para que no se escapase lo tenía pillado de una pata. El suyo no era tan grande. Al final consigo controlar el pulpo, darle la vuelta a la cabeza y pa la saca. El de mi primo... se sólto y se partió una pata. Así que sacamos un pulpazo y una pata.
Recuerdo que al salir de la playa tenía que llevar el pulpo levantando la mano por encima de mi cabeza para que no tocase el suelo.
Esa noche salí de marca y todos mis amigos me llamaban el pecas. Y lo más ridículo de todo, yo todo marcao, intentando ligar con la historia de la pelea a vida o muerte con el pulpo... no me comí un rosco.