Las exigencias para el desguace de bateas causa grandes problemas al sector
Empresas y productores denuncian las dificultades para poder desmontar las estructuras en desuso
Autor:
La Voz
Fecha de publicación:
18/12/2009
La burocracia puede resultar asfixiante, y puede convertir una actividad aparentemente sencilla en una auténtica pesadilla. Eso es lo que está pasando con el desguace de bateas: los trámites y autorizaciones exigidos para poder proceder al desmontaje de esas estructuras ha puesto en un brete a todos aquellos productores que necesitan renovar sus viveros.
í‚«Os problemas cáusaos a propia Administracióní‚», señalaba ayer el responsable de una de las empresas de contrucción y desguace de bateas que opera en la ría. En estos momentos, apenas tiene trabajo dado que í‚«o sector está moi malí‚». Pero si lo tuviese, tendría que dar muchas vueltas para conseguir permisos, tanto para construir como para desguazar bateas en desuso. í‚«Puntos para o desguace, que sexan oficiais, na ría, non haií‚», señalaba ayer este empresario. Lo más parecido, señala, es la playa de Aguiuncho, donde se puede realizar esa actividad siempre y cuando se obtengan una serie de permisos, se deje el arenal en el mismo estado en el que fue encontrado y se cumplan otros requisitos de carácter ambiental.
El trabajo que se desarrolla en arenales como el de As Sinas, explican bateeiros y empresarios vinculados al sector, se realiza en muchos casos en una situación de flagrante alegalidad. Entre otras cosas, porque para obtener las autorizaciones necesarias es necesario realizar unos depósitos económicos que a muchos productores les resultan, tal y como está el panorama económico, difíciles de asumir.
Y eso que la madera de las bateas í‚«está buscada y siempre hay gente interesada en hacerse con ellaí‚», según argumentaba ayer un productor arousano. Pero los propios mejilloneros reconocen que, a la hora de deshacerse de los viejos viveros, í‚«cada un acaba buscándose a vida como podeí‚» para quitarse el problema de encima con los menores costes posibles.
Esta problemática no solo afecta a los productores: salpica también a Concellos y otras administraciones que se encuentran con flotadores de bateas abandonados en cualquier rincón o esqueletos de mejilloneras esparcidos por la costa.
La gravedad del asunto es tal que la Mancomunidade do Salnés barajó hace años la construcción de un punto para estas actividades. Aquella iniciativa no prosperó, motivo por el que se siguen produciendo situaciones como la vivida esta semana en O Grove, donde dos bateas sin identificar aparecieron a la deriva. í‚«Se han dado casos de bateas que se abandonan en el mar, pero no son habitualesí‚», aseguran los bateeiros arousanos.
