Joer, lo he visto hoy en el perodico. 8-O
La lancha que arrolló a un submarinista en Miami estaba en zona prohibida
Eduard S.M. se recupera de las heridas sufridas en Joan XXIII
Jordi Cabré | jcabre@diaridetarragona.com
Ocurría en la tarde del miércoles. Eduard S.M., de 44 años y vecino de Reus, iba a hacer un encargo en Vinyols y al caerle más cerca la playa de Miami, decidió practicar submarinismo allí en lugar de Cambrils, donde va normalmente. Con su boya de localización, su traje de neopreno y una cámara de fotos subacuática, se adentró a unos íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«50 ó 60 metrosíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚» de la costa de la playa de la Peixerota. Una lancha neumática de la Guardia Civil le truncó el día al pasarle por encima. Un pie reconstruido y cortes en la mano han sido las secuelas de una maniobra que se hizo en un lugar de baño, es decir, prohibido para embarcaciones.
Ayer, a la hora de comer y por espacio de más de hora y media, agentes de la Guardia Civil se personaron en el hospital Joan XXIII para tomar declaración a Eduard S.M. y conocer su versión de la historia. íƒÆ’í†â€™íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í‚°l está en una cama de la habitación 540, donde se recupera de la larga operación que le fue practicada el mismo miércoles.
Un portavoz de la familia, que es letrado, indicaba al Diari que la Guardia Civil habría admitido la responsabilidad del accidente, puesto que la lancha neumática había entrado en una zona prohibida y no habría visto la boya naranja de localización. También habrían informado a la familia que el agente que iba en la embarcación estaba destrozado por lo ocurrido y lamentaba profundamente el daño.
No se prevé denuncia
Lo primero que quiere la familia reusense ahora es que le expliquen los motivos por los cuales una embarcación neumática de la Guardia Civil estaba dentro de la zona de baño de Miami Platja, concretamente en la playa de la Peixerota. De momento, no hay intención de presentar denuncia, aunque sí que se aclare todo el asunto.
La familia reusense sólo quiere que el organismo asimile el pie reconstruido por los médicos del hospital tarraconense y que Eduard salga cuanto antes del hospital para volver a su vida normal, aunque falten muchísimas horas de recuperación.
El propio herido explica lo ocurrido en la tarde del miércoles: íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«Buceaba a corta distancia de la costa y oí el motor de la lancha. Subí a la superficie. Me la encontré encima y la intenté apartar con la mano, pero no pude hacer másíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚». De hecho, la hélice de la embarcación de la Benemérita hizo estragos con su pie derecho y también cortes profundos en la mano.
Cerca de la zona de baño, una pareja de turistas belgas en una lancha se percató de lo ocurrido y fueron a socorrerle. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«Me ayudaron a subir a la lancha y gracias a ellos pude salir del aguaíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚», reconoce el submarinista. Al verse herido, lo primero que hizo fue soltar el cinturón de plomo para flotar (esto es una de las pruebas que dicen donde estaba él respecto a la línea de la costa, ya que las primeras informaciones erróneas indicaban que podría bucear fuera de la zona de boyas). íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚«Es falso. Estaba dentro de la zona de baño, seguroíƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€ší‚», dice. Junto a los pesos cayó la cámara, aunque ésta no ha sido recuperada. Los pesos están en manos de la Benemérita.
Tras llevarle a la playa y ser atendido por la Cruz Roja, el paciente fue trasladado primero al CAP y luego al hospital Joan XXIII. Allí llegó casi a las 20 horas y entró al quirófano. La doctora Marsol explicaba a la familia que la operación sería difícil porque el pie estaba muy mal. La amputación era una opción que cobraba fuerza. Cuatro horas largas de quirófano sirvieron para recuperar la esperanza. Los médicos habían logrado reconstruir el pie derecho de Eduard y ahora están a la espera de que el cuerpo no rechace la reconstrucción.
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