Buen dentonaco, si señor. Sólo he pescado una vez enfrente ventorrillo del chato y jamás se me olvidará, despues de la tercera linea de piedras, me rodearon cientos de robalos kileros, tantos que no pinché ninguno. Ja, ja, ja,... me pasaban por arriba, abajo, impresionante. Que buenos tiempos...