Ayer comentaba a mi mujer que ya estaba disfrutando con la simple idea de que hoy iria al agua, ya que estos días estamos gozando de un anticiclón impresionante y las aguas estan realmente deliciosas.
Para la velada, me acompaña mi buen amigo Antonio quien tras balizar la piedra y hacer un primer planeo de reconocimiento toma aire y comenta ¡¡ í¢â‚¬Å“ cucha no hay mucha visibilidad, en cuanto hagas el golpe de riñón empezaras a ver la piedraí¢â‚¬Â, me encanta. Antonio me sugiere una espera en la primera bajada ya que ha visto bastante comezón, yo no tengo demasiada fe a las esperas en esa zona pero lleno de moral me planto en el fondo. 15 segundos y ni una raspa, así que decido iniciar un lento acecho por la visera, viendo como en una de las oquedades, un precioso Robalo vira rápidamente para perderse en la oscuridad. Reviso bien el hueco pero lo único que encuentro son varios congrios del jurásico. Un par de bajadas mas infructuosas.
Antonio me dice que se encuentra bien, que esta pescando cómodo y yo me alegro enormemente de que haya superado una barrera psicológica ( más que motivada) que le impedía rendir en las jornadas que compartimos ( sin embargo siempre me ha resultado de una grandísima ayuda contar con él en el agua en mi vertical).
Es su turno, oigo el chasquido de las gomas y en cuanto diviso su silueta bajo inicio el golpe de riñón para encontrarme con el varios metros antes de la superficie y asegurarme que todo transcurre con normalidad. SU carrete devana hilo y al llegar, estalla de júvilo, ha pinchado la lubina, ¡¡ es preciosa¡¡ aunque se encuentra extremadamente delgada, Antonio esta pletórico, no solo se encuentra cómodo pescando a mi lado sino que acaba de firmar una pieza buenísima.
Cambio de zona, esta nunca nos falla, todo transcurre según lo previsto, marcadora al agua, desciendo suavemente por el cabo que me indica la dirección hasta una visera baja pero profunda, ahí esta ¿ un pequeño mero? No, un cabracho precioso que sale sin problemas en la misma inmersión.
Como siempre , vuelvo a sufrir graves problemas de oído maldiciéndome una y mil veces por tener que luchar contra tan grandísimo obstáculo para mantener viva la aficción que día tras día me da la vida.
El día , aunque breve, ha dado mucho de sí y como siempre que nos juntamos , lo hemos pasado en grande, Antonio disfrutará esta noche de una cena de super lujo junto a los suyos para celebrar su reciente santo.
Un saludo a todos y por favor, mucho cuidado ahí abajo