Cada vez que voy a Venezuela, tengo la presión de poder sacar pescado para dejarle a mis hermanos y a mi suegra. Para mi es un placer, pero cambia un poco mi filosofía de pesca, donde LO PRINCIPAL es la terapia de relajarme un poco y dejar a un lado todo lo que durante la semana me preocupa y luego, si por error saco algo, mejor.
La semana pasada combiné un viaje de trabajo con el bautizo de mi primer sobrino (hijo de mi hermanita) y cuadré todo para poder pasar el primer fin de semana de los 10 días que estuvimos en la playa y visitar mis antiguos cotos de pesca.
Desde que aterrizamos el jueves sabía que iba a haber petos. Luego de tantos años pescando en una zona, comienzas a "entender" el movimiento de los peces. El avión aterrizó al revés, eso quería decir que el viento estaba de Noroeste (lo normal es Noreste), lo que trae agua limpia desde Los Roques y hace que los petos se acerquen a la costa.
Si a eso le sumamos que tenemos un par de pecios ubicados en fondos de arena a 27 metros que están llenos de carnada, se da la combinación mágica.
El viernes llegamos en la noche a la playa y como de costumbre, se bebe, se conversa, se come, se celebra. De las pocas cosas que de verdad extraño de mi país están mi familia, por supuesto y el apartamento de playa. Ese es un pequeño oasis en medio de lo que queda de aquello...
En fin, había quedado con mi "Maestro" para salir a las 7 am. Nos habíamos acostado (cada quien por su lado) como a las 12 pm y habíamos bebido bastante para mi gusto... A las 6:58 am recibo un texto diciéndome "Me duele mucho la cabeza, no voy a poder ir".
Llamo a Irene, mi "socia" y la despierto. Luego de dar más vueltas que caramelo en boca de vieja, salimos a las 10:30 am....
Lo bueno es que mis dos niños nos acompañaron y se divirtieron sacando "corocoros" con anzuelo mientras yo estaba en el agua.
Llego al punto, compruebo la dirección de la corriente, tiro el ancla, el flasher y me visto con calma. El viejo traje Jomer que alguna vez fue de 3 mm, tiene huecos por todas partes, pero para ser usado 2 veces al año, creo que va bien...
Me tiro al agua y compruebo que la visibilidad es muy buena. Se ve la sombra del barco desde la superficie. Casi nunca es así. Ventilo bien (tengo 3 meses sin pescar y MUUUUUCHO tiempo sin hacerlo a esa profundidad) y hago mi primera bajada... Cuando estoy cayendo, veo un grupo de 5 guasinucos (Cuberas) de unos 15-20 Kgs revoloteando en la arena, del lado que da hacia la costa del barco. Trato de corregir mi trayectoria y me poso sobre la cubierta. Tengo un Snake 110 en mi mano y sé que tengo que tirarles a quemarropa. Sus escamas son muy duras. Estoy a 24 mts y en la primera bajada en 3 meses, como era de esperarse, mi apnea no es lo máximo
. Los pargos están tranquilos y uno hasta hace el amago de entrarme, pero no llega a tiro. Subo y los dejo tranquilos. No los volveré a ver...
Llego a la superficie y veo un grupo de 20-30 petos dándole vuelta al bote. El flasher y mis ruidos seguramente los atrayeron. Todavía tengo el corazón a mil por la reciente bajada, pero intento hacer una mini-espera a media agua. Desempolvo mis "secretos" para atraerlos y uno se despega del cardumen y me entra. Está un poco lejos, pero le tiro. Tiro barriguero, 10 minutos de tira y jala y se va!
Cálmate! me digo. Con ese peto ya resolvía la papeleta, pero hay muchos y estoy solo en el agua. Es cuestión de tener paciencia....
El fondo está hondo, valga la redundancia, así que me concentro en los petos. Luego de un desgarro están un poco ariscos. No se acercan tanto, pero están ahí, curiosos. Pasa el tiempo y logro engañar otro, me entra cuando vengo subiendo y le doy un tiro bueno. La varilla le entra por la aleta pectoral y sale hacia el lomo, pero no parte la espina. Escucho la arrancada "SHUUUUIIIIIIIIIIISSSHHHH!!!!" y de pronto se bloquea el carrete!
COíƒâ€˜O! No se bloqueó! El carrete no está! el tornillo de acero inoxidable se partió en la base, el carrete se soltó e hizo un enrredo del carajo!
Me aguanto con fuerza para no perder el fusil y luego de unos cuantos jalones, el pez se desgarra.
Al menos no perdí la varilla, pero ya la mala suerte es mucha.
Aquí fotos del tornillo. La culpa no creo que sea del material. Llevaba desde noviembre tirado ahí. probablemente con restos de agua de mar... Ya se lo comuniqué a Seatec a ver si se puede conseguir la pieza. Veremos...
Cambio de fusil y decido dejar tranquilos los petos. Hago un par de bajadas y saco dos medregalitos de unos 3 Kg cada uno. Con eso comemos todos.
Domingo: Esta vez salgo temprano y el agua está aún mejor todavía. El Maestro se fue pero dijo "Esta vez sí vas a pescar". Pocas veces se equivoca. Muy a mi pesar...
Resumiendo, llegan los petos me entra uno a morir tiro bueno y pá fuera. Luego decido hacer una bajada al fondo, detrás de las propelas. Alguna langosta gorda he pillado ahí. Voy cayendo y veo este aguají haciendo la vela... No muevo ni un músculo y me aguanta... Se gira y ZAS! Varillazo certero. Subo y doy la jornada por concluída. Hay pescado para todos. El resto del día es para disfrutar.
En la foto con mi hijo mayor Franco.
