¡¡Nos hacemos mayores!!
Uff ya no me acordaba La comodidad de tener la barca en el agua tanto tiempo ha hecho olvidarnos de lo que era el pan nuestro de cada día. Te levantas temprano y lo primero que haces es sacar la barca del garaje, a pulso, rampita por aquí rampita por allá acerca el coche, sube la manivela, baja la manivela aprieta las cinchas, asegura el motor, carga el equipo buff Así de buena mañana ya empezabas sudando.
Llegas al puerto, prepara la barca, apunta con la rampa, marcha atrás otra vez, corrige una vez más sal de la rampa y vuelve a empezar ahora! un poco más, un poco más ESPEERRAAAAAA!!!! que no has quitado la matricula!!!joder, otra vez para arriba quita la matrícula, venga ahora si carraca, suelta, mosquetón oxidado, malabares y equilibrios sobre el remolque para no mojarte los pies al desenganchar el mosquetón.
Bufff, ¡¡reventao!! ¡¡y ahora tira a pescar!!, pero no te canses demasiado que luego te toca otra vez lo mismo, pero al revés
El otro día queríamos pescar pero nuestra zona era impracticable te lo piensas un rato, a lo mejor no es para tanto, a lo mejor calma, a lo mejor limpia cualquier escusa es buena con tal de eludir esa opción que revolotea en nuestras cabezas. Está ahí, golpeando pacientemente los dedos de una mano contra los de la otra. Sabe que es la única opción, es cuestión de tiempo, hasta que alguien lo dice ¿nos vamos a cartagena? se hace un silencio mientras el pelo, azotado por un levante F6, lacera nuestras caras.
Ir a cartagena es una circunstancia bipolar. Por un lado la escarpada y abrupta costa es un espectáculo para la vista, sus calas solitarias, sus aguas transparentes, su profundidad pero por otro lado sabes que cartagena significa no comerse un torrao. Para alguien que visite con frecuencia estas costas y conozca profundamente la dinámica biológica de sus aguas, puede resultar un excelente coto donde capturar magníficos ejemplares. Las combinaciones exitosas de sitio-momento adecuados estan reservadas a unos pocos. Para los que vamos cuando no queda otra opción, solo hay PORRACA escrito en las papeletas que compras en el puerto antes de salir.
Así que efectivamente, tras unas cuantas horas en el agua, no sin antes pasar por el olvidado sufrimiento desmedido de sacar la barca de un puerto para llevarla a otro, la jornada no resultó infructuosa, pero solo por el mero hecho de llevar unas cámaras de vídeo y suplir la componente venatoria por una componente más documentalista que queda plasmada, en parte, en este montaje.
Espero que os guste.
ADEMAS...
AQUI teneis
otro vídeo, esta vez en la
reserva marina de Tabarca, Alicante.
http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=28609325