(Del lat. impotentí„Âa).
1. f. Falta de poder para hacer algo.
2. f. Incapacidad de engendrar o concebir.
3. f. Imposibilidad en el varón para realizar el coito.
Hecho este introito, os relato brevemente lo que me pasó este fin de semana, en el estrecho. Viernes a primera hora, me despierto en sevilla, consulto el tiempo y pienso que el agua tiene que estar bien, después de unos días de levantito. Allá que cojo el coche, paso por cádiz para recoger los bártulos, y vámonos que nos vamos para el sitio "X", ya que se aproxima la hora "H". Un momento, voy a revisar el equipo...uhmm, estas gomas tuvieron mejores tiempos. Da miedo estirarlas, tienen unas grietas que me hacen temer llevarme un gomazo en la máscara en cualquier momento. Además, hace una semana, me entró un banco de palometones, disparé desde 2 metros a un buen bicho, y se rieron de mí, no saqué ni escamas. Vamos, para pegarme, con lo que me gasto en combustible por esta afición, no gastarme dos duros en unas gomas.
En fin, volviendo a lo del viernes, que decidí pasarme por una conocida gran superficie de material deportivo, y comprar unas buenas gomas de 18, omito la marca. Las estiré un poco en la tienda y aparentemente estaban perfectas.
En fin, que me alargo mucho. Una vez en el agua, que por cierto estaba muy bien, buena visibilidad y poquita corriente, no ví nada de vida, ni siquiera mojarritas ni bodiones, lo cual me escamó bastante. Ya llegando al cantil de 5 a 8 metros, empecé a ver sargos buenos y borriquetes medianitos. Buscando, dí con una cueva bastante honda, por la que de vez en cuando asomaban borriquetes de 2 a 3 kilos. Por dos veces, disparé a bocajarro, quedándome con cara de imbécil al ver cómo rebotaba la varilla en el lomo del bicho. Los borriquetes no dieron más la cara, estarían descojonándose de ese tío que les daba empujones. Primer síntoma de IMPOTENCIA. Empecé a mosquearme, pero no podía volver al coche porque estaba a 2 kilómetros mínimo y quedaban 2 horitas de luz.
Decido tranquilizarme, relajarme, y a falta de pesca, disfrutar de la buena tarde que hacía y lo clara que estaba el agua. Sigo mi ruta, y doy con unas cuevas muy chulas. De repente, un robalo de 1 kg se me pasea por debajo. Golpe de riñón, picado, y el tío no se inmuta!!! Le disparo a placer, desde un metro, y la varilla sale con la fuerza de un nenufar abriéndose. Segundo síntoma de IMPOTENCIA. A todo esto, el robalo seguía por allí.
Lo siguiente que me pasa me va a costar olvidarlo. Sigo investigando, y empiezo a ver robalos saliendo y entrando de una grieta. Me preparo bien, me asomo a la visera, y me encuentro un baile de robalos gordos, todos más de 3 kilos, sin inmutarse de mi presencia. Tiro a placer, desde medio metro, y un carajo para mí. Subo, cargo, bajo, y ahí siguen igual. Por supuesto, se repite la historia. IMPOTENCIA CONFIRMADA. Así siguió la cosa durante un buen rato, ví un montón de tronchos esa tarde, había visto bastantes veces entradas de robalos en esta fecha, pero en esa cantidad y de ese tamaño, no.
En fin, suelto este tostón para desahogarme. Estoy seguro de que si dejo las gomas que tenía, aunque cascadas, disparando desde tan cerca alguno habría caído.
Bueno señores, un saludo, y a por ellos!!!