Todo eso de las sensaciones y del sexo de los ángeles está muy bien, pero hay que ser sincero.
Más emoción que la captura de un buen bicho, poco puede haber...
Si estás el el fondo y te pasa un banco de 30 corvinas de 30kg por al lado es una emoción que te cagas. Pero si encima pinchas una y la subes al barco, la emoción se multiplica por un millón.
En la pesca se experimentan un cúmulo de sensaciones, pero todas estas sensaciones son anteriores y accesorias al gran fin que es la captura en sí misma.
El vídeo, muy impactante