El viernes el mar no prometía demasiado, el agua fría, un mar de fondo importante y la escasa visibilidad no hacían presagiar una buena pesca, no obstante, no nos íbamos a rendir tan fácilmente!
A pesar de las duras condiciones conseguía hacerme con los robalos cuando el mar me permitía agarrarme lo suficiente a las piedras para hacer las esperas y uno tras otro iban entrando al pasador. Pero al caer en un canal profundo entre los cabezos distinguí un banco de grandes robalos alejarse de mi posición, pero la sorpresa fué cuando conseguí atraerlos y pude comprobar que no eran robalos, sino un nutrido grupo de majestuosas corvinas...
Saludos!