Bueno, pues después de mucho tiempo por fin fuimos a pescar y podemos contar algo.
Nos fuimos Miguel Ángel, Víctor y yo a Conil, donde nos esperaba Rafa.
Como de costumbre llegamos de madrugada así que decidimos levantarnos a las 9 de la mañana para empezar el día de pesca.
A las 9 el despertador sonó y todos nos pusimos en pie con la ilusión que una jornada de pesca supone a todo pescasub.
Nada más salir del puerto empezamos con problemas. Cojo el GPS para poner la marca a la que íbamos a ir la primera y… SORPRESA, no hay ningún waypoint!! Juraría que los había metido pero no estaban!!! La cara de todos era la de,..te vamos a matar!!
Así que sin marcas, usando la carta náutica y tirando de memoria fuimos a algunos sitios.
En el primer sitio que fuimos se veía vidilla pequeña pero nada interesante, hasta que haciendo una espera se planta enfrente mía un dentón que le calculo entre dos y tres kilos, esta alejado pero me la juego, apunto disparo, le doy, no se donde, empieza a tirar mientras asciendo manteniendo tensión en el hilo hasta que noto que la tensión se pierde. Se me ha desgarrado.
Sigo haciendo esperas y no aparece nada de nada, entonces como no hay casi corriente decido cambiarme hacia el otro lado del cantil.
En la primera bajada al otro lado, me entra fugazmente una lubina kilera, que no me da opción a apuntarla ya que en cuanto la veo da un coletazo y se marcha. Me quedo esperando por si vuelve pero no soy digno de una segunda visita.
En la siguiente bajada caigo en la parte de en medio del cantil y busco un punto donde situarme para hacer una espera y encuentro una losa plana al lado de un bloque de piedra. Me poso encima y pegado al bloque donde entiendo que se me verá menos, a ver si consigo que la lubina no se espante tan pronto.
Haciendo la espera me da por mirar hacia arriba y veo como una gran cola al límite de la visibilidad desaparece, por la forma pienso que era un palometón o una serviola pero de unos 5 a 7 kg. Al ver que desaparece hago lo que todo pescador submarino haría: Llamar al pez, y eso hago, ruidos guturales, pero por arriba no veo nada. En esto que bajo la vista y veo como un dentón que le calculé 3 kilos, aparece por mi derecha y pasa enfrente mía. Me sobre salto mientras mi mano ya ha reaccionado y está bajando el fusil para apuntar. Me doy cuenta que no le estoy apuntando bien, que solo le estoy mirando lo que hace que retrase el momento del disparo y me centre en apuntar mientras veo que el dentón que estaba a huevo en un primer momento ya no lo está tanto y comienza la huída. Disparo cuando ya está de cola. Zaaassss. Noto el impacto de la varilla pero no veo donde le ha dado. En un primer momento me saca carrete pero cojo el dinema con la mano y freno la salida de hilo, ya aprendí con el limón. Llego a superficie y voy recogiendo el dinema hasta que veo por fin al dentón que está en la varilla. El corazón me da un vuelco, el tiro no ha sido malo, si no peor que malo le he dado en la cola y no veo que quede mucha carne para desgarrarse, el dentón no se mueve mientras lo subo ya que al estar arponeado en la cola e ir subiéndolo no puede mover su potente cola para liberarse.
Lo subo despacio mientras pienso a ver como lo sujeto por que en cuanto le vaya a echar mano seguro que empieza a luchar y con ese tiro seguro que se suelta y no habría cosa peor que se fuera ya tocándolo.
Lo pongo al alcance de las manos echando la varilla con la mano derecha hacía atrás, entonces con un movimiento megaultrarápido suelto la varilla y abrazo al dentón, meto la mano izquierda por las agallas, un segundo que se me ha hecho eterno. Por fin meto la mano y hago pinza en las agallas. Respiro y observo la gran captura que he hecho y, veo mi error de apreciación, no pesa entre dos y tres kilos, le hecho entre 4,5 y 5,5 kg.
Llamo a Víctor que estaba de barquero en ese momento y lo sube a bordo. La captura es nuestra!!! Me hago unas fotos con el dentón en el agua una vez que Víctor lo ha rematado bien y sigo pescando.
Sacamos algunas piezas más pero nada destacable.
Víctor y Rafa querían pescar un poco al curri para que Víctor estrenara su nueva caña, así que con los trajes puestos y una vez que decidimos que estábamos ya cansados (eran sobre las 19:00), cambiamos fusiles por cañas, gafas por rapalas, tubo por carrete y traje por… a no el traje lo llevábamos puesto.
Me pongo de barquero, Miguel Ángel en un primer momento observa como Víctor y Rafa montan las cañas y echan las rapalas al agua hasta que descubre un hueco muy cómodo en la proa de la barca donde se tumba para observar toda la escena.
Hacemos varias pasadas por varias zonas pero no pica nada de nada, vamos de camino al puerto con las rapalas tiradas cuando les digo a los chicos, cuando falta un kilómetro y medio o así para llegar que recojan (serían ya las 20:50) que vamos a puerto que no pica nada. Ellos me contestan como dos niños pequeños, es decir, … “un poquito más por favor”.
Vamos rumbo a puerto despacio y veo en la sonda que pasamos por un bajo que sube de 12 metros a 7 y marca algo de vida. Se lo comento y les digo, vamos que cuando pasen las rapalas por ahí seguro que pican, más vacilando que dando ánimos. A los 3 minutos el carrete de Rafa empieza a chirriar, a lo que dice Miguel Ángel “¿se ha enganchado?” a lo que responde Rafa con su típico lenguaje de colegio de monjas “y una polla, es un pez!!!”, a lo que vemos a lo lejos como algo salta del agua y vuelve a caer. En este momento el caos se apodera de la barca, yo cojo las gafas que tienen puesta la GOPro para grabar la escena (lástima que no se oiga muy bien los comentarios) yo me quedo grabando sin abrir la boca mientras Rafa recoge carrete, Víctor coge el sacameros y Miguel Ángel bajo las órdenes de Rafa carga un fusil para asegurar el pez una vez que esté cerca de la barca (varios días antes se le habían soltado dos peces por eso era el afán de asegurarlo).
Cuando el pez está cerca vemos que es una anjova, Miguel Ángel trata de apuntar pero lo veo imposible, el pez no para de moverse y pienso que no le va a dar. Sorprendentemente le da en el lomo, entonces aparece Víctor y con el sacameros lo sube a bordo. La cara de todos es de felicidad y es el resultado de un trabajo en equipos.
Con esto nos vamos para puerto que al día siguiente tocaba salir otra vez a pescar!!
El domingo nos metimos en el agua a las 10. Un poco tarde para mi gusto siendo domingo.
Nos vamos a una zona donde la profundidad ronda los 14 hasta los 21 metros. Hago varias picadas en la zona y veo vidilla pero nada tirable. Mientras estoy ventilando veo como algo se aleja de mi hacia el fondo a gran velocidad, era como blanco. Lo primero que pienso es mierda se me ha caído algo, miro la linterna, está; toco el cuchillo, está; toco la cámara, está; joer pues no se me ha caído nada. ¿Que coño era eso?, ¿sería alguno de estos picando? No puede ser bajaba muy rápido. ¿Me lo habré imaginado? Pienso, mientras me digo a mi mismo, madre mía que mal estas. Pasan como unos 30 segundos y oigo a Víctor dar voces como a 5 metros de mi. Me asomo y le oigo llamar a Rafa mientras dice corre una boya que se me ha caído la linterna. La linterna, que no es cualquier linterna, es una Dragonsub que vale un pastón (no como la mía de los chinos a 29 €,je,je…). Por un lado me alegro de que no esté loco y no me imagine cosas, por otro me jode ya que la linterna estaba nueva, nueva, con dos salidas de pesca.
Mientras Rafa tensa la boya que acaba de tirar, hago un cálculo aritmético, y cojo como variables la velocidad de la corriente (que suerte que era muy poca), el tiempo transcurrido desde que la vi caer, la dirección de la corriente, la dirección de caída de la linterna, la velocidad de la misma al llegar al suelo, y sumando la variable del rozamiento del agua que suponía un más menos de 50 metros, es decir, baje donde me salió de la punta del capullo.
Golpe de riñón mientras pienso, “esto es buscar una aguja en un pajar”, una linterna de color verde, con una visibilidad de 4 o 5 metros, en la inmensidad del mar. También mientras bajo voy pensando, ¿Qué será mejor ir en paralelo al fondo un metro o dos por encima o llegar al fondo? Decido llegar al fondo para desplazarme con la mano, consumir menos oxigeno y poder recorrer más. Llegó al fondo, me apoyo en una losita para enderezarme, levanto la vista y COÑO si está ahí la linterna, a dos metros de mí. La cojo y asciendo sorprendido de mi mismo.
Hago señas a los demás con la linterna (ya que la tenía en la mano) para indicarles que la he encontrado.
Seguimos pescando y Víctor falla un mero a la caída de unos 3 kg. El mero iba corriendo y dio la varilla en la piedra en vez de en el mero.
El domingo no sacamos nada destacable, excepto un dentón de 1,5 kg y una hurta firmados by Miguel Ángel. Los demás, borriquetes, breados, y ballestas.
La verdad es que hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en una salida de pesca, por las capturas, disfrutar del mar, una temperatura ideal y como no la compañía y los buenos momentos vividos con esos tres individuos a los que llamo mis amigos y compañeros de pesca.
Como siempre, un placer haber pescado con vosotros!!
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