Buenas de nuevo, se ve que las sardinitas empiezan a entrar y me alegro por ello.
Pero esta tiene un cuento diferente, así que lo voy a narrar, aún sabiendo que no llegaré a hacerlo como algunos compañeros.
Hace un mes, me pararon en un control de la policía nacional, y aparte de tratarme como a un delincuente, me quitaron unas pastillas que llevo para los nervios alegando que eran "estupefacientes"
.... pero ese no es el cuento.
En la última pesca, en la de la otra sardinita, aún cogiéndola, acabé bastante desmotivado por todo el curro que nos habíamos metido, y horas de navegación, para tres piezas...pero ese tampoco es el cuento.
LLevo ya varias pescas sin llevar la cámara, y eso que la tengo a punto, pero con tan poco pescado que se ve... la próxima la llevaré, y me comeré los mocos.... pero tampoco ese es el cuento.
Ayer pedí unas horas en el trabajo para arreglar lo de los estupefacientes de los cojones, pues me llegaron dos multas de 301 euros cada una
, médico, informe, delegación del gobierno en la capital, aparca, corre que cierran,....en definitiva, un agobio!
Tenía el equipo en la furgo por si acababa pronto y con ánimos para hacer unas bajadas y no perder la forma, así que me fui al norte de la isla, zona profunda para una entrenada. Y ahora si viene el cuento
En las dos primeras bajadas veo muuuucho movimiento, unos jureles de kilo y pico me atacan por arriba, les disparo pero fallo
, se ve mucha carnada y "huele a peje".
En la octava bajada, me escondo entre los musgos muy relajado, a unos 20 mts de profundidad, y al rato, cuando miro a la izquierda
veo venir hacia mi un mastodonte de unos 60 kilos....
Pienso:
Jodér!! qué gordo! ya podía haber venido más pequeño, que aquí estoy solo y a tomar por culo....
Pero veo que no vien solo, que viene acompañado de otros cuatro.... igual de gordos!
.....y por los flancos tres pequeñitos
Les hago unos ruiditos y se ponen frente a mi, al de 60 kilos lo tenía que si alargaba el brazo lo podía tocar con la varilla.... pero haciendo acopio de sangre fría, me apunté al pequeño y disparé. Se quedó OF, panza arriba, y sólo cuando comencé el ascenso los otros huyeron en arrancada.
Pesó 16 y pico kilos, y está exquisito a la plancha
.
¿que por qué no le tiré al gordo?....pues por varios motivos: Estaba solo, a profundidad considerable y con mucha más profundidad si el bicho no quedaba muerto y le daba por nadar; y luego, con la movida de la ciguatera.... sabía que el de 16 kilos no iba a dar problemas y podía ser comido sin riesgo ni miedo.
De los gordos, me queda la imagen en la retina de cómo se acercaron a mi durante varios segundos, y de lo enormees que eran! (empezaré a usar la cámara
). y de todo el lío con los marditos roedores y los estupefacientes, sólo queda la anécdota.
Saludos