Jejejeje ya te digo tio,me embeleso la dorada con sus contorsiones sin percatarme del dento
,cuando lo encaré ya estaba cansado de sacarme la
,pero a sido alucinante el repentino desierto que se ha quedado en tan pocos minutos y encima esa mancha guarra de la última hora.
Gracias por dejarme pasar contigo una jornada de pesca.