Pues yo estoy de acuerdo con David Sargo, no es lo que valga el traje ni el estado que se encuentre, ni los miseros 60 euros que valia (ya no los valdrá seguro), sino el hecho de que ese amigo ha querido reirse en su cara. Y por fortuna, no lo ha conseguido. Un 10 para David y un "0" patatero para el chorizo.