El Pacífico panameño está LLENO de pescado, sí. Pero hasta ahora, las veces que hemos salido, si consigo 5 metros de visibilidad, puedo considerarme afortunado. He oído meros gigantes, corvinas varias veces, he visto pargos grandes aparecerse como fantasmas de la nada para desaparecer de un colazo en la penumbra, pero COÑO! EXTRAÑO PODER VER EL PESCADO ANTES DE QUE ME VEAN A MI!!!! y poder hacer una espera y encarar el fusil cuando aparece una buena pieza, y bajar más de 15 metros, profundidad a la que se vuelve de noche en el Pacífico (o al menos las veces que hemos ido
). Me dicen que no siempre es así, que cuando aclare vamos a hacer matanzas, que la pesca del Pacífico es otra cosa, que más abundante, etc, etc, etc. PERO CUÁNDO!!??!!??
Extrañando mis aguas, un amigo italiano (Pietro) al que conocí hace tres semanas aquí (me envió un correo y nos conocimos. Bendiciones de Internet
), organizó una salida al Caribe panameño. Conoció a un pescador uruguayo de mucha experiencia, que casualmente conoce o es amigo de Ricky, el papá de Lucas y Santiago. El sitio queda lejos y me carro/coche no es el más adecuado para el tipo de carretera, pero igual así, Alessandro me acompaña (Franco había estado de fiesta la noche anterior
), recogemos a Pietro y dos horas de carretera (de las cuales 45 minutos de tierra) después estábamos llegando a "José Pobre". Un pueblo de la costa caibeña donde parece que el tiempo se hubiera detenido hace 50 años.
Al llegar, preguntamos por Omar (a secas!) y ya nos indican dónde vive. Son 100 personas las que habitan el pueblo y la gasolinera y supermercados más cercanos están a 1 hora y 60 Km de camino. La gasolina en el pueblo, vale el doble que en el resto de panamá y el agua potable es ORO! Hay árboles frutales por todos lados, animales sueltos y la panga es "de la comunidad".
Nos saludamos, intercambiamos algunas ideas y montamos las cosas en la panga. A pescar es que vinimos!
Somos cuatro pescadores y el panguero (Erik) y nos desplazamos bastante bien. Nos vamos vistiendo por el camino y cuando llegamos al pesquero, soy el primero en tirarme al agua! NO LO PUEDO CREER! Hay más de 5 metros de visibilidad!!!
En realidad eran unos 15, pero para Omar, el agua estaba "mala".
Al principio no veo mucho movimiento, aunque fallo un pargo. culpa de la ansiedad, de que estoy con fusil nuevo, de que me entró de frente para nunca girarse (odio ese tiro!) y lo más importante, que soy un CAGAJÓN!
Al rato Pietro me llama. Acaba de tirar un lindo mero aguají (acá lo llaman cherna, como a todos los meros que no son guasa o cabrilla. O eso creo. Tengo todavía que aprender los nombres locales). Le dió un tiro muy bueno en el cachete y me dice que lo tiene grabado.
Luego logro hacerme de un lindo mero que veo con el rabillo del ojo al Ale señalarme un papagayo azul de los buenos. Pero mero es mero!
Aquí el video:
En otra bajada, Pietro me dice que vió un mero muy grande en el fondo. Bajo a buscarlo pero se había pirado. Igual hago una espera mirando hacia todos lados hasta que de pronto veo un fantasma aparecer. La silueta me es familiar. UN LUCIO! Y de muy buen tamaño! Me entra hasta la habitación de huéspedes y como soy un buen anfitrión, le digo que se queda en casa.
Ale me ayuda y luego de dos varillazos, logro someterlo. Peleó bastante el cabrón!
Un par de piezas más y nos vamos a casa más contentos que marico con dos culos.
Las fotos luego, que las tengo en el teléfono.