Ultimamente salgo poco a pescar y posteo menos pero ayer la salida fue de cara y queria compartirlo con vosotros. El dia soleado, la mar plana y apenas una ligera corriente. Hice un par de paradas para abrir pulmones y ver si habia movimiento. Unos bonitos 20 metros de visibilidad y la total ausencia de pescado me decian que mejor que disfrutara con las bajadas porque olia a porra total. Abiertos los pulmones y con un par de espetones kileros en la nevera me fui a una punta conocida a ver si alli habia mas movimiento. Fondee la barca y tras nadar buscando vida vi una zona donde se dibujaban unos sargos en el cantil.
Primera bajada: Me dejo caer sorteando la pared hasta que llego a un buen puesto de esperas, los sargos se alejan y veo unas corvas más abajo, ninguna de la talla pero busco a ver si los depredadores asoman. A lo lejos algo se mueve, parece un abadejo que me ha detectado y se aleja parsimonioso hacia el abismo, me quedo mirandolo hasta que desaparece y en ese momento veo una sombra alli abajo. Puede ser otro abadejo pero no consigo verlo bien, le calculo 3 o 4 kg. Subo recorriendo el cantil y visualizo la siguiente bajada. Lo primero a la barca a coger la linterna y de paso descansar.
Segunda bajada: Estudio la pared y aprovecho una grieta para esconderme, voy bajando hasta un escalon y una vez alli me arrastro con la mano despacio hasta llegar a un recodo, me asomo y ni rastro del abadejo, sigilosamente sigo bajando pegado al fondo y por el rabillo del ojo veo una cola que desaparece tras una laja donde muere el cantil. Ahí se ha metido, media vuelta y para la barca a descansar otra vez. El acecho ha sido largo y la laja es profunda, no hay prisa, bebo agua y me como un platano. En total unos 20 minutos visualizando la proxima jugada. Me vuelvo a poner las aletas y al agua.
Tercera bajada: Caigo en vertical sobre la laja dejandome posar a unos metros, voy avanzando con la mano y con la derecha apuntando a lo que pueda asomar, el dedo esta listo para disparar. Enciendo la linterna y nada, debe haberse ido de paseo hace rato. Doblo la piedra y veo un lomo darse la vuelta, es gordo y no da ni un segundo pero el dedo estaba listo y disparo. La varilla se pierde en el interior de la laja, tiro del nylon y como si estuviera atado a una pared, nada se mueve. Vuelvo a la barca. Alli abajo esta pinchado, dentro de su fortaleza y son muchos metros para plantearme sacarlo por mis cojones. Me quito lastre del cinto y saco el pendulo, 90 cargado en la ultima muesca.
Cuarta bajada: El fusil que he dejado abajo me marca el camino, bajo con el pendulo y lo dejo suavemente en el fondo, enciendo linterna y ahi está. La varilla no le ha dejado meterse hasta el fondo, el primer tiro es bueno pero le hago un segundo buscando el punto off. Disparo y para arriba. Desde superficie tenso la cuerda del carrete y la ato a la boya para que trabaje. Lleva dos banderillas bien puestas y en un par de minutos dejo de notar tensión y sube conmigo.
Una vez en la barca se que Neptuno me ha dado bastante por hoy, recojo ancla y para casa. Un regalo del mar de esos que no se olvidan.