Amigos!... que cosa tan buena las vacaciones… Uno abandona la rutina diaria: todo el día currando como un cosaco, sin tiempo para nada y bebiendo como tal. Y prueba actividades que nunca hubiese imaginado; en mi caso me dejé liar por mi chaval y acabé en la “Resu”.
Menos mal que ligué…
O iba ligao de casa… no me acuerdo…
Fueron tres días confusos… A nivel físico no sé cómo aguanté y a nivel mental me costó “metalizarme”… ¿Cómo se pasa de Led Zéppelin a Rammstein?...
Pues gracias a la paciencia de mi hijo… Ojalá nos queden muchos años de buen rollo.
El resto de las vacaciones las pasamos al lado de una playita preciosa y la idea era tentar a las doradas de las que la zona tiene fama. Las vistas del apartamento invitaban a ello.
Todas las mañanas me levantaba temprano y a veces conseguía verlas. Nadaban en bancos de siete u ocho, pero por mucho que las tentaba no entraban ni pa dios. Pero bueno, solo con verlas ya me alegraban el día. Seguro que vi más doradas en esa semana que en toda mi vida.
Una mañana localicé un banco de sargos pequeños y esperándolos vi que por detrás rondaban las doradas. Me pegué al terreno y canté todo mi repertorio pero nada. Y de repente este cacharro apareció de la nada y me entró a saco.
Hacía mucho tiempo que no pescaba. Que no disfrutaba de una pieza así. Que no lo pasaba tan bien en vacaciones.
Saludos, colegas!!!