Hay opiniones para todo....
Desde máximo sigilo, inmobilidad y discrección, al más puro estilo Depredador.... Hasta quien agita el fusil como si fuera epiléptico para atraer a los pelágicos (serruchos, espetones, etc) con el ruido y brillo de la aletilla como si fuera un flasher... Hasta quien utiliza la técnica del guante-pulpo/calamar para los dentones (ponerse un guante blanco en la mano que no empuña el fusil y menear los deditos hacia arriba para simular unos tentáculos...)
Yo soy un chapuzas para las esperas, pero me gusta llevar alguna nota de color por un tema de visibilidad.
Si me dejo un fusil en el fondo porque se atasca el carrete, quiero poder encontrarlo, así que las empuñaduras de mis maderos (cuando les aplico las manos de resina de acabado para el grip) las hago en blanco, amarillo o naranja (según vaya con el esquema de colores del fusil, coqueto que es uno). Picasso en su momento hacía lo mismo con los Black Line... eran de empuñadura amarilla.
A las aletas de carbono, para evitar estropearle el canto, le pongo un par de tiras de cinta americana para protegerlo (una trozo por delante y otro por detrás, que se montan al 50% sobre la pala y sobre si mismas, luego corto sobrante). Pues esa cinta americana, en las útimas aletas, la he puesto color plateado. Así un compañero podría verme más fácilmente desde superficie si es que la claridad del agua lo permite.
Algunos tubos tienen una cinta de color cantoso en el extremo superior, imagino que para ayudar a localizarte en superficie.
Los peces ven mal (peor que nosotros), realmente lo que nos delata son ruidos y vibraciones... así que vale más centrarse en ser un ninja que obsesionarse con los colorines. Además en cuanto bajas un poco o por suciedad del agua se atenúa la luz... los colores desaparecen, el primero el rojo. Hay o había algunos camuflajes con base de rojo que a la que te sumergías se volvían muy discretos.
Un saludo!
Mikel