Voy a compartir con ustedes una anécdota.
Hace 2 años aproximadamente, fuimos a pescar a una playa que se llama íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“San FrancisquitoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, aquí en Venezuela entramos al agua de infantería con unos amigos y mi señora, y el Mar estaba un poco sucia, turbia, había poca visibilidad, mis compañeros de pesca se salieron de la bahía hacia el Cabo Codera buscando una mejor pesca, yo me quede con mi señora y así pasamos el día desde la 9:am hasta las 4:00 pm disfrutando de los peces fallando disparos, persiguiendo, asustando peces, así pescaba y por supuesto obtenía pocos resultados, en fin ya de regreso me asomo a una cueva y veo unos peces rojos de buen tamaño y pienso (por fin) (los pargos) y me animo y disparo , le doy a uno, levanta arena y ya no doy más con la respiración, subo a tomar aire. Y por supuesto con la cuerda que va a la boya en la mano ( pesca: Flecha íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“ fusil - boya) sentía como se movía a través de la cuerda, pero halaba y halaba y sentía el movimiento del pez, era como si me halara el a mi y nada, pensé (pesque un animal). Yo había visto un video de un Sr. Por cierto Español que usaba una boyita que la amarraba a la cuerda que va a la flecha para así no permitir que el pez se encuevara más, decidí aplicar esa técnica pero con la diferencia que mi boya era un perol de plástico vacío ( de esos de refrigerante para automóviles 4litros) y como puedo, lo sumerjo, lo amarro al cañón del fusil, con la esperanza de que el pez no adentrara más en la cueva, llamo a mi señora y ella lleva un garrafón vacío de esos de agua mineral que servia de boya y también lo amarro al fusil y seguía con mi pelea con mi pez-animal. Le decía a mi señora íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“hala que se va a encuevar el pez y lo perdemosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ y pobrecita halaba y nadaba hasta calambre le dio. Claro halábamos la cuerda y esta se estiraba y por supuesto se contraía nuevamente, ya cansados y enredados con tanta cuerda boyas, ya no dábamos más, aparecen mis amigos y me volvió la vida, la felicidad y en mi mente (ahora si animal enrocado vas al sartén), bueno mi amigo Manuel se acerca, le cuento que pegue un animal, el se prepara, se sumerge y cuando vuelve me dice el pez esta en la parada, y la flecha esta pegada en la roca. Que les puedo decir!. Aterrice de nuevo en la tierra, mi mujer de vaina y no me golpeó en publico
, pero por lo menos no perdí el pez que por cierto terminó ser una lora roja muy sabrosa y que le encanto a mi señora
.
Moraleja: Me deje llevar por la emoción y terminé haciendo dos pescas, una pesca de la lora roja y la otra del PEZíƒâ€˜ON (PEíƒâ€˜ON donde estaba clavada la flecha).
Saludos.